Águila Roja, una de las series con más audiencia de la historia de la televisión y joya de TVE, se ha descalabrado en su regreso.

El primer capítulo de su séptima temporada registró la audiencia más baja de toda su historia, con un 12,1% de share y 2.350.000 espectadores. Esta cota supone una pérdida de 1,7 millones de seguidores y una brutal bajada de cuota de pantalla de casi 10 puntos respecto al último episodio emitido (21,3% y 3.974.000) el pasado noviembre.

El cambio de día —Águila Roja se ha emitido tradicionalmente el lunes o jueves—, dos potentes rivales —La Voz y Sin identidad— y un posible agostamiento de la trama han sido los causantes de este descenso.

Lejos quedan los hitos de las temporadas anteriores, con medias que oscilaron entre un mínimo de 21% y un máximo de 29,4% de cuota de pantalla, y picos de audiencia de hasta 6,4 millones de televidentes y un 32,5% de share, récord que batió el séptimo episodio de su tercera temporada, emitido en noviembre de 2010.

Hasta ahora, su mínimo histórico estaba en 3.040.000 espectadores y un 18% de audiencia, por un episodio de la quinta temporada emitido en noviembre de 2013.

La Voz, en Telecinco, impuso su dominio absoluto en el prime time del miércoles con un 24,7% de share y 3.663.000 espectadores, lo que supone una subida de 1,9 puntos respecto a la semana anterior.

Aplastó a la serie de TVE pero también a su rival más directa, la serie Sin identidad, de Antena 3, que bajó 1,8 puntos y se quedó en un 14,1% y 2,6 millones de seguidores.

Chicote fue el único que no solo resistió el tsunami de Telecinco sino que incluso incrementó su seguimiento en 1,5 puntos: Pesadilla en la cocina otorgó a La Sexta un 10,5% de share y 2.066.000 espectadores.

En Cuatro, Los amos del barrio recolectaron un tibio 6,7% de audiencia y 1,1 millones de televidentes.