Los madrileños atendidos por adicción al cannabis se triplican y se duplican los alcohólicos

  • La Agencia Antidroga atendió a 6.985 adictos al cannabis en 2014 frente a los 2.166 de 2013; por problemas con el alcohol, pasó de 4.332 a 9.255.
  • "Su consumo se trivializa como si fuera una sustancia inocua, pero está asociado al abandono escolar y a problemas familiares", alertan en Proyecto Hombre.
  • Por el contrario, bajan los atendidos por cocaína (10.011 frente a 12.565) y heroína (6.451 frente a 7.365).
  • El total de toxicómanos repuntó un 2,7% en el último año, al pasar de 21.664 atendidos en 2013 a 22.247 en 2014.
  • La mayoría de los atendidos tienen una adicción ‘invisible’: no son marginales, tienen un perfil social medio-alto y tienen trabajo o van al colegio con normalidad.
Una persona fumando cannabis.
Una persona fumando cannabis.
ARCHIVO
Una persona fumando cannabis.

Los drogodependientes que recibieron tratamiento en 2014 por su adicción al cannabis y el alcohol se multiplicaron respecto al año anterior en la red asistencial de la Comunidad de Madrid: concretamente, los adictos al porro pasaron de 2.166 a 6.985 (+222,5%), mientras que los alcohólicos pasaron de 4.332 a 9.255 (+113,6%), según los datos de la Memoria Anual de la Agencia Antidroga regional, avanzada por este organismo a 20minutos.

La multiplicación de los adictos al cannabis y al alcohol que estuvieron en tratamiento en 2014 se compensa con la caída de los tratados por cocaína (pasaron de 12.565 a 10.011, un 20,3% menos) y heroína (de 7.365 a 6.451, un 12,4% menos).

"En relación con años anteriores, continúa disminuyendo el porcentaje de los sujetos que consumen heroína y cocaína, aumentado los consumidores de cannabis, sobre todo entre los más jóvenes", destaca la Agencia Antidroga en su Memoria Anual. El 28,9% de los nuevos atendidos en la Agencia tienen menos de 30 años.

Detrás del aumento del consumo entre los jóvenes está la ausencia de la percepción del riesgo que implica el consumo de las conocidas como 'drogas blandas'. "La gente joven tiene una baja percepción del riesgo de la droga", explica Almudena Pérez, directora de la Agencia Antidroga de la región.

"El cánnabis, cuyo consumo se trivializa como si fuera una sustancia inocua, está muy asociado al abandono escolar, es un depresor del sistema nervioso que tarda mucho en eliminarse y afecta a las funciones ejecutivas… eso tiene un impacto muy importante en su futuro laboral”, explica Mercedes Rodríguez, directora general de la Asociación Proyecto Hombre Madrid.

En este sentido, Rodríguez explica que un chico promedio de 17 años de familia media y adaptado socialmente, que va al colegio y tiene grupo de amigos, al aumentar el consumo suele comenzar a tener incovenientes serios tales como el abandono escolar, problemas legales, con la familia, o la comisión de delitos.

La cocaína baja, pero sigue siendo lo más consumido

En el total de pacientes de 2014, la red asistencial de la región atendió a 22.247 personas, un 2,7% más que los 21.664 de 2013. Se trata de la primera subida desde 2010. La suma de consumidores atendidos no equivale a la suma de las atenciones por las diferentes drogas, ya que la mayoría de los pacientes consumen más de una sustancia.

Entre los nuevos pacientes de 2014 (aquellos que se atienden por primera vez en la red asistencial), un 48,2% consumen cocaína (frente a un total del 45%): un 11% la consume además de heroína (frente al total del 12,7%) y un 37,2% consume cocaína prescindiendo de heroína (frente al 32,3% del total).

La Agencia Antidroga ha detectado un cambio paulatino en el perfil del drogodependiente: cada vez hay menos adictos a la heroína y más a drogas ‘sociales’ como el alcohol y la marihuana. Esto lleva a que el drogodependiente madrileño de hoy no cause alarma social, a diferencia de lo que ocurría cuando la heroína era la reina de las drogas y los adictos mostraban un notable deterioro físico, además de que solían tener problemas de delincuencia.

En la década de 1980, el drogodependiente consumía sobre todo heroína inyectada, tenía situación de calle o marginal, con problemas legales… En la actualidad, la mayor parte de los sujetos, el 60%, no tienen incidencias legales, no consumen heroína, sino en su mayoría cocaína, cánnabis o alcohol”, explica Pérez.

El alcohol es la segunda sustancia más consumida por los pacientes de la red asistencial con un 41,6%, mientras que el cannabis es la tercera con un 31,4%. La heroína, que va en franco retroceso, ya está en cuarto lugar, con un 29%.

Policonsumidores, más jóvenes y sin diferencias por estratos sociales

El cambio en el perfil del drogodependiente también muestra un auge del policonsumo: los adictos ya no se limitan a una sustancia. De hecho, este es el perfil más habitual. En 2014, el 62% consumía más de una droga.

En cuanto a la estratificación social, los cambios hacen el problema más difícil de detectar: si antes se solía vincular a la drogadicción con problemas sociales, ese perfil ha quedado obsoleto.

“El problema de la droga hoy pasa inadvertido porque el drogodependiente tiene el aspecto del vecino, la droga no se ve, el perfil se ha diversificado mucho y tenemos un panorama mucho más complejo”, explica Mercedes Rodríguez, directora de Asociación Proyecto Hombre Madrid.

En este sentido, Rodríguez señala que en otras épocas casi la totalidad de los casos que recibía su organización eran adictos a la heroína -asociada a un estrato sociocultural bajo y a la delincuencia- y que ahora ese perfil ocupa menos de un 1% de los que llegan a tratarse con ellos. Eso acarrea una complicación: si el perfil del drogodependiente ya no es uniforme y se mezcla con el resto de la sociedad, se invisibiliza el problema.

“Las drogas ahora mismo están encubiertas, es un problema invisibilizado”, asegura Rodríguez.

Por eso mismo, desde la Agencia Antidroga dicen que los pacientes que ellos atienden son apenas una muestra de lo que hay en la sociedad.

“Esto es solo la punta del iceberg, hay muchas personas más con problemas de adicción: solo acuden a nuestros centros aquellos a los que el entorno familiar ya no puede contener”, dice Almudena Pérez.

Casi el 90% de los atendidos en 2014 por la red asistencial de la región viven en una vivienda, no son marginales, y el 40% tiene trabajo. La edad media de los toxicómanos con tratamiento es de 37,4 años.

“Socialmente están insertados y no llaman la atención, aunque con el tiempo van apareciendo los problemas de integración social, laboral y familiar”, explica Pérez.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento