Los agentes patrullarán por toda la ciudad, pero prestarán especial atención a los parques infantiles, para evitar que los perros no orinen o defequen en ellos.

 

Posibles enfermedades

 

Uno de los 30 agentes que controlará el incivismo de algunos dueños de perros, Pedro Pellejero, explicó ayer que «se pueden transmitir muchas enfermedades a través de las defecaciones de perro».

 

Los controles serán por la mañana, la tarde y la noche y los agentes irán uniformados y equipados con el aparato que detecta el microchip que tienen que llevar los perros. También sancionarán a los que lleven el perro suelto (y éste no obedezca) y a los que tengan ejemplares de razas consideradas peligrosas sin los papeles necesarios.

 

 

La Guàrdia Urbana puso, durante el año pasado, 119 multas a los propietarios de perros por no recoger sus defecaciones. El caporal Jordi Riera reconoció que «es difícil» sorprender a los incívicos «porque hay que coincidir en el espacio y el tiempo».

 

 

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600 euros es lo que le cuesta la multa al dueño de un perro que orine o defeque en un parque infantil