'Techo y comida', el duro reflejo de la crisis para "despertar las mentes dormidas"

Narra la historia de una joven madre soltera y sin trabajo que sufre en soledad una situación de precariedad que empeora cada día
Techo y comida película festival de málaga dureza de la crisis cine cultura
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EUROPA PRESS
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'Techo y comida', dirigida por Juan Miguel del Castillo, hace un duro reflejo de las consecuencias de la crisis económica, una película que se pone del lado de las víctimas, y que recoge, entre otros dramas, la crudeza del desahucio. Su intención es "despertar todas las mentes que están dormidas en este país", según ha subrayado el director, que ha destacado que la cinta, presentada este jueves en la Sección Oficial a concurso del Festival de Málaga. Cine Español, se ha sacado adelante sin ningún tipo de subvención.

Así, para el director jerezano 'Techo y comida' es una película "del pueblo y para el pueblo", que tiene como objetivo "dejar reflejo de la que está cayendo con la crisis económica y estar del lado de los más desfavorecidos". Así, Del Castillo ha explicado que el filme pone el foco "donde otros no quieren mirar" para "hacerlo visible y darle voz a las personas que peor lo están pasando".

Rocío (Natalia de Molina) es una joven madre soltera y sin trabajo que no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio por lo que no puede hacer frente a los pagos del alquiler del piso en el que vive. Entre la vergüenza y el temor a perder la tutela de su hijo Adrián (Jaime López), de ocho años, Rocío sufre en soledad una situación de precariedad que empeora cada día.

La denuncia del propietario, acuciado también por las deudas, precipitará la amenaza de la orden de desahucio. Una historia conmovedora, tierna y dura al mismo tiempo, tan necesaria como incómoda que pone al descubierto las vergüenzas de un sistema que abandona a las personas.

Junto al director de la película han estado en la presentación de la misma los actores, Natalia de Molina, Jaime López, Mariana Cordero, Mercedes Hoyos, Manuel Tallafé, Gaspar Campuzano y Montse Torrent, y los productores Alfred Santapau y Germán García.

La protagonista Natalia de Molina ha afirmado que a nivel de interpretación el personaje de Rocío ha sido "muy complicado" y ha asegurado que "ha sido un ejercicio donde me he dejado la piel". "No es que yo me haya metido en el papel, es que ella se ha metido en mí", ha sentenciado.

"No ha sido fácil y tenía cierto miedo", ha admitido, añadiendo que "sentía mucha responsabilidad y presión en ese sentido". "Cuando recibí el guión sabía que quería estar en esta película, lo veía como un regalo, pero al mismo tiempo tenía respeto, porque sabía que tenía que estar a la altura, no quedarme a medias", ha destacado.

Sobre su compañero de reparto e hijo en la película, Jaime López, la actriz ha subrayado "que es un niño con mucho talento, un portento de la interpretación". Por su parte, López ha señalado que "se me pegó el don que tenía ella (Natalia de Molina) para actuar y lo hice igual que ella".

Asimismo, Mercedes Hoyos, cuyo personaje es la mujer del casero que denuncia a la protagonista por no pagar el alquiler, ha afirmado que dentro de la película hay una subtrama en la que "el conflicto es que una persona honrada se ve en la tesitura de tener que echar a alguien de su casa porque lo necesita para su propio hijo".

De este modo, la actriz ha destacado que su personaje "tiene un conflicto tremendo", porque "es un drama horroroso y terrible para una persona honrada tener que enfrentar esta situación". En este sentido, el director ha expuesto que el casero "no deja de ser parte del drama, es una víctima más del sistema". "No es el malo de la película", ha apostillado.

Por su parte, la actriz Mariana Cordero, que interpreta a esa vecina que tiende la mano a la joven madre, ha defendido que "lo anticonstitucional es que una persona no tenga una vivienda digna y en condiciones".

Por último, Manuel Tallafé ha expresado su "ilusión" por haber participado en un proyecto andaluz y por la temática del mismo. "Es algo que hay que solucionar de una vez, me parece que lo demás no tiene sentido mientras no se afronte esto", ha apuntado.

Ubicada en jerez, EN 2012

La película se desarrolla en Jerez, en el año 2012, cuando se jugaba la Eurocopa. "Andalucía es una tierra que está muy castigada, lo he mamado desde chico, allí la verdad es que las cosas nunca han ido bien, y es algo que me toca mucho la fibra, porque tengo a gente muy cercana que lo está pasando mal", ha afirmado el director.

Por su parte, el productor Germán García ha subrayado que el año 2012 fue el que "con más virulencia se notó la crisis" y "el punto de inflexión entre lo que estaba pasando en silencio y de lo que los medios se harían eco después".

Así, ha subrayado la importancia de que "en el cine de ficción" haya una película "que hable de lo que está pasando, de las consecuencias de decisiones de gente, que son quienes nos gobiernan, y que están afectando a miles de personas".

"Mi idea era que quedara un documento para que cuando se vea dentro de 20 o 30 años, se diga: esto estaba pasando en este país, más allá de los reportajes de los medios de comunicación que tienen caducidad", ha señalado el productor, matizando que, a su juicio, 'Techo y comida' es un filme "neorrealista de este tiempo".

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