«Hay que abrir los cuarteles para ventilar porque huelen a rancio»

Manolo Mato, secretario general de la unión de guardias civiles (UGC).
La Unión de Guardias Civiles de Castilla y León se presentó ayer y su secretario general estuvo para apoyarlos.¿Por qué otra asociación de Guardias Civiles?

Nacemos con espíritu integrador, de la fusión de otras asociaciones que ya existían.

¿Con cuántos socios?

6.000 en toda España, 400 en Castilla y León y unos 80 en Valladolid.

¿Pero son legales?

Estamos registrados (al igual que todas las demás) como asociación cultural, ya que hace falta un cambio en la ley para que podamos ser asociación profesional. Somos los hermanos pobres y los únicos que, a estas alturas, tenemos límites para defender nuestras demandas laborales.

¿Son afines al Gobierno?

No tiene sentido, puesto que hemos sido de los más beligerantes en algo que nos interesa, como es el nuevo régimen disciplinario. Ahora mismo tenemos el puño de hierro en la mano, y si es necesario, golpearemos la mesa. Estamos en rebeldía contra el texto del nuevo régimen disciplinario que nos quieren imponer.

¿Tan malo es?

Es el último vestigio de la era preconstitucional. No tenemos libertad de expresión, ni derecho a manifestación o a denunciar irregularidades internas, por ejemplo.

¿Les han escuchado?

Después de contactos con los grupos parlamentarios, nuestras demandas han cristalizado en enmiendas que se debatirán en el Congreso.

¿Cree que llegarán a tener representantes?

Quieren restar del sueldo las horas que se dedican a funciones de la asociación, sin liberados. Nos parece una humillación. Somos garantes de unos derechos que a nosotros no se nos aplican, ya que un guardia civil puede ser sancionado por cualquier motivo. Estamos anclados en el pasado.

¿Qué le hace falta a la Guardia Civil?

Abrir las puertas de los cuarteles para que se ventile el olor a rancio. Pero algunos no quieren.

¿Qué demandas le han trasladado desde esta región?

Carencias en los compañeros de centros penitenciarios, falta de personal en tráfico y en algunos cuarteles del medio rural no se reúnen las condiciones mínimas de residencia.

Hablando de cuarteles, ¿qué les parecería que se pusieran cámaras?

No tenemos nada que ocultar. Sería hasta positivo, porque se evitarían denuncias falsas por agresión, cuando los detenidos se autolesionan. Pero que no lo utilicen políticamente. Somos el furgón de cola de los derechos, y eso, tiene que cambiar.

BIO. Tiene 42 años y  desempeña su labor en Galicia. Lleva en el Cuerpo desde 1982 y casi 10 años en asociaciones de la Guardia Civil.

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