El patriarca del clan de Los Pachanga negó ayer en el juicio haber matado a tiros a tres miembros de la familia de Los Capito y haber herido de gravedad a otros dos en Alicante en 2002. Uno de los heridos en el tiroteo lo acusó de ser el autor de los disparos.
El procesado dijo que fueron a su casa para que les pagara una deuda de uno de sus nietos, de 1.800 euros; le dijeron que bajara a la calle y allí le hirieron. Y no vio nada y sólo oyó muchos disparos. El caso se enjuicia con altas medidas de seguridad para evitar una venganza. Ayer, el cuñado de una víctima gritó que mataría al acusado si quedaba libre, y llevaba una navaja en el bolsillo.
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