Durante los días de calor, el organismo pierde entre dos y tres litros de líquido a través del sudor, la orina, la respiración y la transpiración de la piel. Ante esta situación, José Mataix, experto en hidratación, recomienda forzarse para superar la sensación de sed e incrementar el consumo de líquidos de dos a tres litros cada día.
¿Cómo influye la llegada del cambio climático en el organismo del ser humano?
Lo más apreciable es el aumento de la sudoración. Vamos a sudar más. Si perdemos agua corporal, eso puede conducir a la deshidratación.
¿Cómo se pueden prevenir los peligros ocasionados por un exceso de calor?
La solución siempre es beber en cantidad. Continuamente y en pequeñas cantidades.
¿Sólo agua?
Agua o infusiones, zumos o refrescos, que son más asequibles para poder tomarlos.
¿Qué conseguimos al beber?
Por beber más no vamos a estar más hidratados porque el agua no se almacena. Lo que conseguimos es mantener un buen estado de hidratación y orinar más. Hay que beber por encima de lo que necesitamos y sentimos.
¿Por qué son los niños más vulnerables ante el calor?
Porque no tienen sentido de la deshidratación. Juegan y no tienen consciencia. Además, tienen una capa en la piel más débil que facilita la pérdida de agua a través de la transpiración.
¿Y las embarazadas?
Necesitan más agua por su necesidades fisiológica.
¿Y los mayores?
Pierden la sensación de sed porque tienen miedo a orinar o a orinar mucho, con lo cual es frecuente que no beban para no tener sed. Es un colectivo enormemente sensible a la pérdida de agua y a la deshidratación.
BIO
Granadino. Es catedrático de Fisiología y director del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos.
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