Un joven que hacía prácticas como profesor en un colegio religioso concertado de Motril (Granada) fue expulsado del centro por no acatar la resolución del claustro, que le obligaba a quitarse el pendiente de una ceja. Las religiosas consideraron el adorno como un «mal ejemplo para los alumnos», ya que ellos tienen prohibido llevarlo. El joven, de 25 años, afirmó que no se lo quitaba «por dignidad» y porque tiene «derecho a su propia imagen», y calificó la polémica de «una tontería».
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