El Gobierno ruso no piensa renovar el contrato de envío de gas a Europa occidental a través de Ucrania, que vence en 2019, y en sus planes está utilizar a partir de ese momento el nuevo gasoducto a través del mar Negro, Turquía y Grecia.
Así lo ha anunciado el ministro de Energía ruso, Alexandr Novak, durante un congreso en Berlín sobre el futuro de las relaciones entre Rusia y la UE.
El proyecto de construcción del gasoducto deberá realizarse en el curso de los próximos cuatro años.
Grecia, la gran interesada en el nuevo recorrido
El presidente ruso, Vladímir Putin, había asegurado al primer ministro griego, Alexis Tsipras, que Atenas puede obtener ingresos millonarios si participa en ese proyecto.
El gasoducto Turkish Stream deberá tener una capacidad de 63.000 millones de metros cúbicos anuales, de los cuales 50.000 millones estarían destinados al sureste europeo.
Actualmente, Ucrania es el principal país de tránsito para el gas ruso con destino a Europa y los ingresos para Kiev son importantes.
Rusia y Ucrania, al margen del conflicto actual en la frontera y por las zonas separatistas prorrusas ucranianas, tienen desde hace tiempos una disputa sobre el precio del gas y el pago de las tasas de tránsito.
Moscú, además, acusa a Kiev de apropiarse indebidamente de gas destinado a Europa occidental.
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