Maduro y Evo Morales asumen el papel de líderes díscolos en la Cumbre de las Américas

  • El primer acto oficial del presidente venezolano fue una ofrenda floral en el monumento a los caídos en la invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989.
  • "Esta es la verdad de América Latina, prohibido olvidar, más nunca una invasión militar", gritó Maduro ante cientos de panameños.
  • El presidente boliviano fue tajante: "No me voy a reunir con el presidente de Estados Unidos ni lo deseo".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro (d), conversa con el mandatario de Panamá, Juan Carlos Varela (i).
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro (d), conversa con el mandatario de Panamá, Juan Carlos Varela (i).
EFE
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro (d), conversa con el mandatario de Panamá, Juan Carlos Varela (i).

Los presidentes de Venezuela y Bolivia, Nicolás Maduro y Evo Morales, respectivamente, han asumido el papel de mandatarios díscolos en la VII Cumbre de las Américas, marcada por el tono amable de las diplomacias cubana y estadounidense a la espera del encuentro, este domingo, entre Barack Obama y Raúl Castro.

Maduro dijo venir en "son de paz a Panamá", y hasta ilustró su actitud cogiendo la batuta de la banda que interpretaba el himno de su país a su llegada a Panamá, pero su primer acto oficial fue una ofrenda floral en el monumento a los caídos ubicado en el populoso barrio de El Chorrillo, el epicentro de la destrucción provocada por la invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989 para derrocar al dictador ahora encarcelado Manuel Antonio Noriega.

Casi al mismo tiempo que el presidente Obama visitaba las instalaciones del Canal, Maduro aseguró que reclamará al mandatario estadounidense que pida perdón a las víctimas y las indemnice por la invasión, que, a su juicio, fue "una masacre".

"Invasión norteamericana contra el pueblo de Panamá"

"Teníamos el dolor gigantesco de nuestros masacrados y un día prendimos la televisión y vimos las más horrorosas imágenes que más nunca deben verse en América Latina y que fue la invasión norteamericana contra el pueblo de Panamá", recordó Maduro.

"Esta es la verdad de América Latina, prohibido olvidar, más nunca una invasión militar", gritó el gobernante mientras cientos de vecinos de El Chorrillo coreaban "Maduro, Maduro, al yankee dale duro" y "Maduro, pa' lante, tu llevas el volante".

El mandatario venezolano, que presume de su origen humilde y de haber sido chófer de autobús, está en Panamá para participar en la VII Cumbre de las Américas y desde que llegó se moviliza conduciendo su propio vehículo.

La delegación venezolana recogió unas 2.000 firmas en El Chorrillo contra el decreto de Obama que declara a Venezuela una "amenaza" para EE UU.

Previamente, la diplomacia venezolana intentó imponer en el preámbulo de la declaración conjunta de los mandatarios reunidos en Panamá una condena a la política estadounidense hacia su país.

La exigencia ha truncado un documento de consenso, que será sustituido por un "informe" del presidente del país anfitrión, Carlos Varela.

Morales 'pasa' de Obama

Maduro tuvo sin embargo en el presidente boliviano un duro contrincante en el rol de protagonista crítico de la Cumbre. Evo Morales, endureció su discurso con Estados Unidos, al afirmar que "quiere derrocar a Maduro por decreto" para extender su acusación a todo el continente al argumentar que intenta derrocar a los gobiernos por la vía económica.

El presidente boliviano, que llegó a Panamá vía Caracas, se arrogó el papel de portavoz de la paralela 'Cumbre de los pueblos', cuyas conclusiones de comprometió a trasladar al encuentro de los jefes de Estado americanos.

Ante la pregunta de una periodista sobre un posible encuentro con Obama, Morales fue tajante: "No me voy a reunir con el presidente de Estados Unidos ni lo deseo".

El líder boliviano dijo que, por el contrario, pretende condenar en la cumbre las sanciones que Estados Unidos le aplicó al Gobierno venezolano, que incluyeron declarar a ese país como una "amenaza" para la seguridad.

En paralelo a la cumbre, los únicos incidentes los han provocado los enfrentamientos el jueves entre oficialistas y disidentes cubanos, en el foro de la sociedad civil y frente a la embajada de Cuba, con un saldo de 20 detenidos, liberados pocas horas después con una dura advertencia del presidente panameño, Ricardo Varela, que amenazó a los reincidentes con la deportación inmediata.

Este sábado por la mañana tomaron los defensores del Gobierno de Maduro y los partidarios de la oposición, una colonia muy numerosa en Panamá, país de acogida para miles de disidentes venezolanos.

Este sábado está previsto que lleguen a Panamá los presidentes de Argentina, Cristina Fernández, y Nicaragua, Daniel Ortega.

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