Terapias dirigidas e inmunología contra el cáncer podrían tener un mayor efecto al combinarse

  • El ”uno sirve para todos" de quimio y radioterapia tiene efectos secundarios.
  • La inmunoterapia ofrece respuestas más duraderas que las terapias dirigidas, pero sólo es efectiva en un 20% de los pacientes.
  • Cuando funciona, alarga la vida del paciente hasta 10 años tras el tratamiento.
Células de un cáncer de mama atacadas por un medicamento químico descargado por nanotransportadores
Células de un cáncer de mama atacadas por un medicamento químico descargado por nanotransportadores
Khuloud T. Al-Jamal & Izzat Suffian
Células de un cáncer de mama atacadas por un medicamento químico descargado por nanotransportadores

Las terapias dirigidas y la inmunología contra el cáncer podrían tener un mayor efecto en la salud de los enfermos si se combinaran, según concluye un estudio publicado por la revista científica Cell. La inmunoterapia ofrece respuestas más duraderas que las terapias dirigidas, pero sólo es efectiva en un 20% de los pacientes, por eso investigadores norteamericanos recomiendan combinar ambos tratamientos para lograr mejores resultados.

"En este momento, no parece exagerado decir que aumentar la financiación destinada a las terapias combinadas será clave para el desarrollo de tratamientos que sean efectivos para más pacientes y para más tipos de cáncer", defienden en su investigación James Allison y Padmanee Sharma, del centro MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas (EEUU).

Las terapias dirigidas contra el cáncer son fármacos u otras sustancias que interfieren en moléculas específicas que participan en el crecimiento y en la supervivencia de las células. Por el contrario, los fármacos tradicionales de quimioterapia actúan contra todas las células que se dividen. Por su parte, la inmunoterapia es un conjunto de estrategias dirigidas a activar los sistemas inmunitarios de los pacientes contra sus tumores.

Los fármacos que tratan las mutaciones específicas que causan el cáncer han representado un paso importante –sostienen estos investigadores– para dejar atrás el "uno sirve para todos" de la quimioterapia y radioterapia, que tienen importantes efectos secundarios. "Hay que determinar si las terapias dirigidas pueden afectar a la respuesta del paciente a la inmunoterapia o si la combinación de los dos tratamientos puede ralentizar el crecimiento del tumor de manera más efectiva que si se usa una sola de las terapias", propone el estudio.

"En estos años, hemos aprendido que no hay dos cánceres iguales y que, incluso, las células cancerosas del mismo tumor poseen mutaciones adicionales, que, por ejemplo, podrían causar resistencia a los fármacos", afirman los autores del estudio. Por tanto, dicen, “en un tratamiento de terapia dirigida, una sola célula cancerosa mutante puede evadir los efectos del fármaco y provocar que el cáncer del paciente reaparezca".

Más recientemente, los investigadores han usado combinaciones de fármacos para evitar la resistencia, aunque no está claro que sea suficiente. Gracias a la inmunoterapia se ha alargado la vida de los pacientes hasta diez años después de recibir el tratamiento, con efectos secundarios pero no tan severos como los de la quimioterapia o radioterapia.

"Lo que me da esperanza es que tenemos estos supervivientes de largo plazo. He estado tratando pacientes con metástasis durante mucho tiempo y es raro que vivan diez años. Los fármacos han sido efectivos además en tumores muy graves y avanzados", explica Sharma. Pero a pesar de estos resultados, la inmunoterapia ha sido efectiva solo en un quinto de los casos de cáncer, “de ahí la necesidad de combinarlo con otras terapias, como las dirigidas".

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