Los universitarios coruñeses tienen ya fijados sus derechos por escrito

Y también sus deberes. El Rectorado ha aprobado el Estatuto del Estudiante, un texto en el que se recogen por vez primera todos los derechos y deberes de los universitarios coruñeses. Y, a simple vista, los primeros ganan a los segundos, 15 a 11.

La iniciativa recibió el visto bueno del claustro de A Maestranza la semana pasada. Los estudiantes del campus coruñés sabrán ahora que tienen, entre otros, derecho a la huelga en el ámbito universitario, a conciliar vida laboral y académica y a la propiedad intelectual de sus trabajos.

Entre los reconocimientos que se les hacen a los alumnos también figura, aunque parezca obvio, el derecho a una enseñanza de calidad –y por lo tanto, a exigirla–, a ser evaluados de manera justa y objetiva, a beneficiarse de becas y a utilizar tanto el gallego como el castellano en su periodo formativo. Igualmente, se establece que podrán participar en la evaluación de la actividad docente y de las titulaciones y servicios.

Pero los estudiantes coruñeses también tienen sus obligaciones, y éstas aparecen, asimismo, reflejadas en el estatuto.

Desde el deber de estudiar y cumplir con las tareas de investigación encomendadas hasta el respeto de los principios de convivencia en el campus, pasando por responsabilizarse de su aprendizaje, cuidar el patrimonio y todas las instalaciones universitarias y respetar la autoría de los manuales y los apuntes utilizados.

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