El revuelo inicial que causó la ley del tabaco ha dejado paso a una indiferencia total.

En los centros de trabajo se suele cumplir, pero son muchos menos de los que deberían los bares y restaurantes donde se prohíbe fumar, según un reciente informe nacional realizado por la Organización de Consumidores.

Sin embargo, la permisividad es tan grande, que sólo se han sancionado tres casos en el año y medio que lleva en vigor la normativa contra el tabaco.

Quizá el motivo podría ser que los expedientes sancionadores (las multas) tardan en hacerse efectivos, pero los datos indican que únicamente hay otros cinco casos más abiertos, que se resolverán en los próximos meses.

Además, desde el 1 de enero de 2006 se han interpuesto 31 denuncias, menos de dos al mes.

De ellas, 27 han sido presentadas por particulares, tres por la Guardia Civil y sólo una por la Policía Local, informó la Consejería de Sanidad.

Los bares y los restaurantes son los más denunciados por transgredir la ley (24 denunciados), seguidos de los establecimientos públicos (cinco), los centros comerciales y las zonas de ocio.

El tabaco mata

Por otra parte, y coincidiendo ayer con el día sin tabaco, la comisionada regional para la Droga, Isabel Alonso, explicó que en Castilla y León más de 3.600 personas mueren cada año por consumir tabaco, lo que supone una media de diez fallecidos al día y el 14% de todas las muertes que hay en la Comunidad.

La buena noticia es que en los últimos 15 años el hábito de fumar ha descendido un 18,7%, aunque todavía el 35% de los ciudadanos de la región (uno de cada tres) reconoce que recurre a los cigarrillos habitualmente.

4.300 han intentado dejarlo

Desde enero de 2005, los médicos de familia tienen entre sus cometidos obligatorios el intentar que sus pacientes dejen de fumar (depende lógicamente de la motivación de cada uno).

En este periodo, en Valladolid se ha dado información a 21.901 fumadores, de los que 4.300 han intentado abandonar este hábito.

De ellos, calculan que una tercera parte, casi 1.500, ha logrado superar los seis meses sin probar el tabaco, una vez comenzado el proceso de deshabituación.