21 años y medio de cárcel por agredir y abusar de su cuñada y de otra menor

El hombre, J.J.L.G., para el que la Fiscalía había solicitado 65 años de prisión, deberá indemnizar a ambas víctimas con 26.000 euros
Acusado de agredir a su cuñada y a otra menor
Acusado de agredir a su cuñada y a otra menor
EUROPA PRESS
Acusado de agredir a su cuñada y a otra menor

La Audiencia de Cantabria ha condenado a una pena de 21 años y medio de cárcel al hombre acusado de agredir y abusar sexualmente de su cuñada cuando ésta tenía entre 10 y 18 años y, también, de otra menor, hija de un amigo suyo, de 11 años de edad.

El acusado, J.J.L.G., negó los hechos en el juicio y dijo que habían sido "inventados" por la hermana de su mujer a la que tenía "envidia", versión que coincidió con la de familiares de la víctima que testificaron en la vista y que aseguraron que era "muy fantasiosa y una cabra loca". Sin embargo, el tribunal "no tienen la menor duda" de que la joven "dice la verdad" y de que "los hechos ocurrieron".

Y en el caso de la otra menor, la hija de un amigo del procesado, la sentencia concluye igualmente que el testimonio de la víctima es "creíble y veraz", de ahí que condene al acusado a siete años de prisión por un delito de agresión sexual a esta menor, a la que deberá indemnizar con 6.000 euros, y a la pena de 14 años y medio de cárcel por un delito continuado de agresión sexual a su cuñada, a la que tendrá que indemnizar con 20.000 euros.

Esto hace un total de 21 años y medio de cárcel -frente a la petición de 65 años de la Fiscalía y los 33 años interesados por la acusación particular- y una suma de 26.000 euros.

Hechos probados

Según la sentencia, de la Sección Primera de la AP de Cantabria y contra la que cabe recurso de casación ante el Supremo, se considera probado que J.J.L.G., que no tenía antecedentes penales, aprovechó su relación de parentesco con su cuñada para durante ocho años, desde finales de 1994 y hasta principios de 2002, cometer una "pluralidad" de actos para satisfacer sus deseos sexuales.

Así, por ejemplo, tras el nacimiento de su hijo, el procesado residió junto a su mujer y el bebé durante al menos 15 días en casa de sus suegros, donde también vivía su cuñada. En ese domicilio comenzó a tocarle los pechos por debajo de la ropa, a pellizcarle los pezones y a besarla en la boca.

En una ocasión, se sentó en el sofá junto a ella y, tras taparse con una manta, agarró la mano de la menor y movió con ella su pene, hechos que se repitieron a lo largo de ese año, tanto en casa de sus suegros como en la de los padres del acusado, a donde éste se fue a vivir después.

En años posteriores, y con motivo de unas obras para arreglar una casa que J.J.L.G. se había comprado y a la que acudía para ayudar en los trabajos su suegro junto a su cuñada, el acusado llegó a obligar a la menor a hacerle una felación, junto a diversos tocamientos, hechos que se repitieron a lo largo del tiempo.

Además, en una ocasión, cuando la chica tenía 12 años, el hombre se abalanzó sobre ella, la abrió las piernas y la penetró vaginalmente, extremo este último que repitió en otras ocasiones, en las que también hubo tocamientos, felaciones e intentos de agresión sexual. El acusado amenazaba a la menor con separarla de su hijo (y primo de ella, para quien era como un hermano) si contaba los hechos.

Cuando iba a cumplir 18 años, la joven decidió evitar coincidir a solas con el procesado e incluso llegó a abandonar el domicilio familiar.

La víctima denunció los hechos en julio de 2011, nueve años después de la última agresión y siendo ya mayor de edad. A consecuencia de los mismos sufre sintomatología ansioso depresiva que no ha remitido, tiene problemas para mantener relaciones sexuales con su pareja, miedos y trastornos del sueño, y sigue recibiendo tratamiento psiquiátrico en la actualidad.

La otra menor

En cuanto a la otra menor, hija de un amigo del agresor, los abusos tuvieron lugar en agosto de 2007 durante las fiestas de un pueblo a las que fue con sus padres y en las que ambos coincidieron. El hombre dijo a la chica que le acompañara a la casa familiar para ver una película junto a un hijo pequeño de él.

Al llegar, acostó al bebé y metió mano por dentro de la ropa a la chica, tocándole los pechos e introduciendo su dedo en la vagina. Posteriormente, tras la cena, cuando se acostó la menor J.J.L.G. le dio besos en la boca y la abrazó, diciéndole que no se lo contara a sus padres.

La joven denunció los hechos cuatro años después, en agosto de 2011, y presenta sintomatología ansioso depresiva.

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