El empleado de Correos acusado de arrojar envíos postales a la basura se conforma con un año de prisión

Este lunes se celebra un acto en la Audiencia de Valladolid que evita así la celebración del juicio con jurado popular

La Audiencia de Valladolid será este lunes escenario de un acto de conformidad mediante el cual el empleado de Correos acusado de un delito de infidelidad en la custodia de documentos, cometido en julio de 2013 cuando se deshizo de casi medio millar de envíos postales que arrojó a la basura, aceptará una condena de un año de prisión.

El procesado asume así la pena inicialmente solicitada por el Ministerio Fiscal y la inhabilitación para el desempeño de empleo o cargo público por espacio de tres años, con la única modificación a la baja establecida en cuanto a la multa, que pasa de 840 a 630 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

La condena, no obstante, podría quedar suspendida y limitada únicamente a la inhabilitación y a la sanción pecuniaria—es la pretensión de la defensa—ya que el imputado carece de antecedentes penales.

El juicio estaba previsto que se celebrara por el procedimiento de jurado, si bien el acuerdo alcanzado y que será rubricado este lunes evitará el mismo y, por ende, hará innecesaria la selección de los miembros del tribunal popular y supondrá un consiguiente ahorro económico.

Los hechos se remontan al día 11 de julio de 2013, fecha en la que el procesado, A.V.P, de 23 años, contratado laboral por la Sociedad Estatal 'Correos y Telégrafos S.A. y encargado de la función de reparto de correspondencia en la zona denominada Servicio Rural Peñafiel Circular-2, arrojó a unos contenedores de basura ubicados en la calle Tórtola de Valladolid un total de 462 envíos postales ordinarios.

OTROS 222

Envíos en su coche

Éstos incluían correspondencia de todo tipo: personal, bancaria, de carácter médico...de origen nacional e internacional, debidamente cerrada, que le había sido entregada en la Unidad de Reparto de Peñafiel ese mismo día y que tenía que haber repartido en las localidades de Quintanilla de Onésimo y Quintanilla de Arriba.

El procesado había guardado en su vehículo otros 222 envíos de igual naturaleza, cuya distribución a los distintos destinatarios, domiciliados en las localidades anteriormente citadas, tenía encomendada y no había realizado.

La correspondencia fue posteriormente recuperada y repartida por 'Correos y Telégrafos S.A'.

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