La alianza centro-derecha francesa busca confirmar su avance en las departamentales

  • Los acuerdos entre los conservadores y los centristas, encabezados por Sarkozy, les colocaron frente al escrutinio con el 29,4% de los votos en la primera vuelta.
  • La alianza centro-derecha superó a la ultraderecha de Le Pen (25,2%), pese a los resultados de las encuestas, y a los socialistas de Hollande (21,9%).
  • Los sondeos perfilan un resultado en el que los conservadores se alzarían con la victoria y controlarían el 60% de los departamentos.
  • El primer ministro francés, Manuel Valls, no contempla llevar a cabo una remodelación ministerial tras las elecciones departamentales de Francia.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy.
Christophe Karaba/ EFE
El expresidente francés Nicolas Sarkozy.

La alianza de centro-derecha encabezada por el expresidente francés Nicolas Sarkozy buscará este domingo revalidar el avance conseguido en la primera ronda de las elecciones departamentales, en una segunda vuelta que prevé redibujar la relación de fuerzas en el mapa político de Francia.

Las urnas designarán a los 2.054 candidatos que durante seis años ejercerán como consejeros de los 101 departamentos franceses, en unos comicios que excluyen a las circunscripciones de la región parisina, la aglomeración metropolitana de Lyon y las ultraperiféricas Guayana y Martinica.

El domingo pasado, los acuerdos entre la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y los centristas les colocaron al frente del escrutinio con el 29,4% de los votos, con los que superaron al ultraderechista Frente Nacional (25,2%) y a los socialistas (21,9%).

Para la derecha y sus aliados, ratificar esa superioridad constituiría su segunda gran victoria tras las municipales de marzo del año pasado, en las que se hicieron con el 45,91% de los votos, frente al 40,57% de los socialistas.

La UMP aspira a una victoria histórica sobre la izquierda y a hacerse con sus feudos tradicionales, como Corrèze, cuna electoral del actual presidente, François Hollande; Essonne, donde tiene sus raíces el primer ministro, Manuel Valls; o el llamado "cinturón rojo" de la periferia de París.

El FN, que no consiguió en la primera ronda volver a posicionarse como el primer partido de Francia, como sí sucedió en las europeas de mayo, busca concretar su implantación local, con la vista puesta en las presidenciales de 2017.

Cambio en el sistema político

En juego están las competencias de unos consejeros que carecen de grandes prerrogativas de gobierno al margen de políticas de proximidad como la protección de la infancia y la atribución de ciertas ayudas sociales; la gestión de algunas carreteras y equipamientos escolares, o parte de la administración turística.

Los colegios electorales a los que han sido llamados más de 40 millones de personas se han abierto desde las 08.00 hora local y cerrarán a las 18.00, cierre que se ampliará una hora en ciudades de tamaño medio, como Dijon, y dos en urbes como Burdeos, Marsella o Toulouse.

Los candidatos quemaron este viernes sus últimos cartuchos: Valls defendió las reformas de su Gobierno y las vio como la única solución contra la ultraderecha; Sarkozy aseguró que la especialidad de Hollande es la mentira, y Le Pen llamó a sus militantes a dar "un buen cachete electoral" a sus adversarios.

La segunda ronda quedó abierta la semana pasada en los departamentos en los que ningún candidato superó la mitad de los votos, lo que dio lugar a 1.614 duelos y 278 triangulares por parte de candidatos que obtuvieron al menos el 12,5% de las votaciones.

Para Sarkozy, según analizan los medios franceses, la primera satisfacción fue ver entonces que las alianzas forjadas con el UDI y el MoDem ubicaron a su agrupación en cabeza, pese a pretender una eliminación más amplia de los candidatos de izquierda, que todavía competirán este domingo en el 70% de los cantones.

Los pronósticos perfilan un resultado en el que los conservadores se alzarían con la victoria y controlarían el 60% de los departamentos, la misma cuota de poder que ahora está en manos de la izquierda, pero los más optimistas en ese partido elevan el porcentaje al 80%.

Las dudas persisten de momento sobre el nivel de abstención, que en la primera ronda se elevó al 49,83%, y sobre cómo éste influirá en el resultado final.

Pero sea cual sea el porcentaje que cada partido obtenga, la primera ronda y las europeas de 2014 confirmaron ya, según Le Parisien, un cambio significativo en el sistema político francés: la entrada en el tripartidismo, con el nuevo peso del FN en un sistema anteriormente dominado por los socialistas y la UMP.

Remodelación gubernamental

El primer ministro francés, Manuel Valls, no contempla llevar a cabo una remodelación ministerial tras las elecciones departamentales de Francia.

"La remodelación no es urgente. Va a mantenerse el rumbo", indica en declaraciones recogidas por el diario Le Journal du Dimanche (JDD), donde califica de esenciales la coherencia y la cohesión.

El Gobierno, según Valls, no va a cambiar, pero está abierto al debate con otros grupos, principalmente con los ecologistas.

"Vamos a seguir actuando, reformando. A nivel económico, no vamos a parar. El crecimiento está de regreso. Hay que dar signos de confianza", afirmó el jefe del Ejecutivo, quien subrayó la necesidad de aumentar las inversiones públicas y privadas y de dar señales de reconfortar a las pequeñas y medianas empresas.

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