Los anuncios de loterías y sorteos suelen publicitarse haciendo alusión a nuestro deseo de tener un yate, una mansión y hasta una isla. Sin embargo, aunque resulte sorprendente, comprarse una isla puede no ser tan caro como suponemos. Otra cosa, claro, es que esa isla no esté aquí, al lado de casa.
Es verdad, las propiedades más exclusivas, situadas en parajes de ensueño pueden alcanzar precios desorbitados. Sin embargo, como explican en el blog de Anida, existen miles de islas, marítimas y fluviales, repartidas por todo el mundo y a precios asumibles. De hecho, algunas puede tener un coste inferior al coste de un piso en una gran ciudad.
La oferta es inmensa. Sólo en el archipiélago japonés hay 4.000 islas, muchas de ellas en venta desde el portal inmobiliario Aqua-styles, especializado en este tipo de propiedades. Si se prefiere una isla en Europa o América, la agencia Vladi Private Islands cuenta con una cartera de más de 2.650.
Para adquirir una isla no hace falta cumplir requisitos especiales ni permisos administrativos específicos, sólo los mismos que se solicitan en cada país para comprar una casa o un terreno. Sin embargo, estas operaciones son más delicadas ya que entran en juego unas particularidades (más allá de la zona y del clima) que determinan el auténtico valor de cada isla.
Los expertos de Vladi Private Islands dan algunos consejos que los interesados deberíamos tener muy en cuenta:
- Localización
Lo más conveniente es contar con un pueblo o una ciudad próxima para lograr suministros y asistencia en caso necesario, al igual que medios de transporte accesibles (carreteras, un aeropuerto…). Mejor si están ubicadas en bahías, para estar más protegidos. En todo caso, próximas a tierra firme. - Agua
Debe tener pozos, depósitos donde acumular el agua de lluvia o desalinizadoras, dependiendo de la situación y el clima. Una planta doméstica de potabilización puede rondar los 15.000 euros. - Accesibilidad
Hay que disponer de un embarcadero o, al menos, de un entrante que facilite el desembarco de personas y mercancías. - Seguridad
Una isla demasiado expuesta y con un fondo marino que no facilite un buen anclaje de las embarcaciones es un riesgo ante las inclemencias del tiempo. Si pierdes la barca, te quedas incomunicado. - Superficie
Hay que estudiar la topografía de la isla para conocer las posibilidades de construcción y de movilidad. Debe contar al menos con un 10-12% de terreno llano. - Infraestructuras
En caso de que tenga casas, almacenes, establos, etcétera, conviene valorar su estado y averiguar si cuentan con los permisos necesarios. El valor aumenta si hay sistemas de comunicación cercanos que ofrezcan cobertura.
Y no olvidar que comprar una isla no significa estar ya en ella. Hay que considerar otros muchos costes, empezando por una embarcación. Si no nos salen las cuentas, siempre podemos optar por alquilar (una opción que dan las mismas agencias).
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