Contratar con sentido social tiene ventajas

La inserción laboral de personas con discapacidad ha sido, desde siempre, una cuestión difícil de resolver.
En el año 1997, la Fundación ONCE puso en marcha el Plan Inserta, que se basa en establecer acuerdos de colaboración con los empresarios que quieren contratar a estas personas.
 
La fundación ofrece asesoramiento para lograr subvenciones públicas, aporta capital si es necesario y supervisa una selección rigurosa del personal, conforme al perfil y requisitos demandados por el empresario. «Los principios fueron duros –explica Josefa Torres, directora de Formación y Empleo de Fundación ONCE–, pero las empresas cada vez están más sensibilizadas».
 
Uno de los compromisos fundamentales del convenio que las empresas firman para formar parte del programa es el de tener en su plantilla un 2% de trabajadores con discapacidad. No importa de qué tipo sea ésta, ni si el trabajo que se oferta es cualificado. Empresas de renombre como Alcampo, Carrefour, MRW o Bankinter ya dan ejemplo.
 
Bonificaciones para las empresas
 
Contrato indefinido
 
Por contratar a discapacitados con estos perfiles:
 
– Jóvenes de 16 a 30 años.
 
– Mujeres (en ocupaciones con menor empleo femenino).
 
– Mayores de 45 años.
 
– Desempleados que llevan más de seis meses en paro.
 
– Minusválidos.
 
Reducción de la cuota empresarial total:
 
– 90% para mayores de 45 años y 100% si son mujeres.
 
– 70% menores de 45 años y 90% si son mujeres.
 
– Subvención de 3.907 1 al inicio, 4.808,10 1 de deducción en el impuesto de sociedades y hasta 901,52 1 por adaptación de puesto de trabajo.
 
Temporal (Fomento de Empleo)
 
Se trata de contratos de entre 12 meses y tres años de duración. Para beneficiarse de las bonificaciones, la jornada debe ser a tiempo completo.
 
Reducción de la cuota por contingencias comunes:
 
– 100% primer trabajador de la empresa y 75% para el resto.
 
– 90% si es mujer de 45 o más años y 80% si tiene menos.
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