Realizar un simple cambio de las pastillas de freno del coche ha supuesto en los últimos años un quebradero de cabeza para muchas familias madrileñas. La crisis económica ha reordenado las prioridades en el presupuesto y para mantener el coche en buen estado se han buscado vías alternativas a las legales. Este nuevo escenario ha sido propicio para el florecimiento de los talleres ilegales, una actividad ilícita casi inédita en la región hasta hace bien poco. Prueba de ello es que en los dos últimos años, la Dirección General de Industria, Energía y Minas ha realizado más de 130 inspecciones a talleres, unas 65 al año, lo que supone un incremento del 30% respecto a las 50 anuales que venían siendo habituales, según los datos facilitados por la Consejería de Economía y Hacienda del Gobierno regional. "En los últimos años se han visto incrementadas las inspecciones a raíz de las denuncias recibidas", señalan fuentes de la administración autonómica. En lo que va de año, la Guardia Civil ha localizado 13 talleres ilegales y 9 establecimientos que sin estar identificados como talleres también ejercían dicha actividad.

"En la Comunidad de Madrid, la incidencia de la economía sumergida en el sector de la reparación y el mantenimiento de vehículos era mínima hasta 2009", aseguran desde la Asociación de Talleres de Madrid (ASETRA). "En los últimos años ha aumentado el número de inspecciones a talleres ante el auge de las reparaciones clandestinas", corroboran fuentes policiales.

Según estimaciones de ASETRA basadas en un registro interno, 17 de cada 100 operaciones sobre vehículos se realizan fuera de los talleres legales, lo que puede suponer al menos unas 650.000 reparaciones al año. En los últimos cuatro años, en la región han cerrado 800 talleres legales (actualmente hay 5.270). "Muchas de las personas que trabajaban en los talleres que han cerrado se han metido a hacer reparaciones por su cuenta. Se trata sobre todo de gente que llegó de países del este en la época de bonanza que conoce bien el oficio. Rumanos y polacos, son los mejores", señalan desde ASETRA, que advierte al usuario del peligro de reparar el coche en talleres clandestinos: "Además de que se incumplen todas las medidas de seguridad, el usuario que acude a este tipo de servicios pierde cualquier posibilidad de reclamación". Por su parte, el RACE (Real Automóvil Club de España) recuerda que "la seguridad no solo afecta al usuario del vehículo sino que también puede afectar a todos los conductores que circulan".

Desde el Gobierno regional, que no dispone de datos sobre el número de talleres ilegales que existen, afirman que "la Dirección General de Industria, Energía y Minas lleva años trabajando activamente con ASETRA y la Guardia Civil para luchar contra este tipo de prácticas". "Cuando tiene conocimiento de la existencia de un taller ilegal, bien sea por denuncia de alguna de estas entidades o de un particular, o por inspecciones propias, inicia un procedimiento perfectamente establecido para ordenar su paralización e impedir que siga operando y para sancionar al titular del taller", explican. En las inspecciones de talleres se comprueban, fundamentalmente, aspectos relacionados con la legalización de la actividad (que se trata de un taller inscrito en el registro correspondiente), la seguridad de las instalaciones (eléctricas, de equipos a presión, equipos de protección contra incendios...) y los instrumentos de medida que deben tener estos establecimientos (analizadores de gases, opacímetros y manómetros).

Para llevar a cabo las reparaciones de forma ilegal, hay distintas tipologías de talleres. "Normalmente se trata de establecimientos situados en polígonos industriales donde conviven con talleres legales y pretenden pasar desapercibidos", señalan fuentes policiales. En la región se ha detectado una mayor incidencia de este tipo de locales en los polígonos La Esgaravita, Alcalá 1 y Jumapi, en Alcalá de Henares, y en el polígono Prado Overa de Leganés. También se suelen reparar los vehículos en la vía pública, en garajes privados (normalmente de chalets unifamiliares) y en establecimientos de alquiler de espacios para efectuar reparaciones por los propios usuarios (conocidos popularmente como boxes).

El mayor número de operaciones ilegales están relacionadas con el mantenimiento periódico (cambio de aceite, filtros del aire, pastillas de freno...) y con reparaciones de mecánica. La incidencia en reparaciones de carrocería es algo menor y se concreta en el arreglo de pequeños golpes y cambios de parachoques. En los últimos cuatro años a ASETRA han llegado unas 400 denuncias de talleres ilegales, la mayoría de otros talleres, pero también de consumidores. De ellas, unas 150 se han llevado ante las administraciones competentes.