La empresa interesada en reabrir la cafetería clausurada de UPO no quiere ahora firmar por desacuerdos

El sindicato CCOO-A ha lamentado la situación creada respecto a los trabajadores de la cafetería de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla localizada en el edificio 24 (Fausto Elhuyar de Suvisa) --frente a la biblioteca--, que permanece cerrada desde que hace casi dos años fuera objeto de cierre patronal por parte de la anterior empresa concesionaria, y en la que la única empresa interesada ha manifestado esta semana su intención de no suscribir el contrato debido a algunos desacuerdos que se han producido.
Cafetería frente a la Biblioteca de la UPO
Cafetería frente a la Biblioteca de la UPO
EUROPA PRESS
Cafetería frente a la Biblioteca de la UPO

El sindicato CCOO-A ha lamentado la situación creada respecto a los trabajadores de la cafetería de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla localizada en el edificio 24 (Fausto Elhuyar de Suvisa) —frente a la biblioteca—, que permanece cerrada desde que hace casi dos años fuera objeto de cierre patronal por parte de la anterior empresa concesionaria, y en la que la única empresa interesada ha manifestado esta semana su intención de no suscribir el contrato debido a algunos desacuerdos que se han producido.

Según ha precisado a Europa Press el responsable del Área Institucional de la Federación de Servicios de CCOO-A, Rafael Domínguez, "el asunto se va enredando" después de que a principios de semana la empresa mantuviera una reunión con la representación de los trabajadores para negociar las condiciones en las que se produciría la entrada.

Domínguez ha apuntado a dos factores como los principales que justificarían la negativa que a día de hoy ostenta la empresa: una serie de cambios en mecanismos vinculados con la deuda heredada de la concesión anterior, que los trabajadores no habrían aprobado por unanimidad —siendo éste el requisito que pide la interesada—, y la falta de remisión por parte de la universidad de documentación necesaria para comprobar los importes del débito.

A la espera de que en pocos días vuelva a producirse un contacto para tratar de reconducir la situación, el portavoz sindical la asegurado que los ánimos están "muy frustrados, por los suelos", dado que "contaban con la ilusión de que ya se iba a poder reabrir el negocio", y ha apostillado que se esperará hasta que la postura sea o no definitiva para definir futuras acciones.

Ello se produce después de las prórrogas establecidas por la dirección de la sede académica en el proceso de adjudicación, al desbloquearse directamente con la empresa interesada la situación tras la entrega de documentación pendiente.

A principios del pasado mes de noviembre, la UPO sacaba otra vez a licitación, después de que la primera vez el concurso quedara desierto, la explotación del servicio, por un canon mínimo de 6.050 euros anuales, pagaderos mensualmente a razón de cuotas de poco más de quinientos euros.

Según las condiciones de la salida a concurso, consultadas por Europa Press, el contratista debe contar con solvencia económica y financiera, así como técnica y profesional; no se exige garantía provisional. El plazo durante el cual el licitador estará obligado a mantener su oferta será de dos meses.

Subrogación del personal

Los trabajadores de la cafetería ya mostraron recientemente su contrariedad por la demora que para la adjudicación suponía el cambio en el procedimiento, de negociado a concurso público, que les anunció la Gerencia de la sede académica. La intención de la UPO, si bien en el marco de un procedimiento negociado, era que el negocio pudiera reabrirse en el primer trimestre del presente curso académico 2014-2015, lo cual ya no puede cumplirse.

La idea planteada fue la de un concurso negociado, hablando directamente con entidades interesadas en la adjudicación para poder dar fluidez a un proceso en el que se pretenden unos pliegos más abiertos que los anteriores; al primer concurso de licitación para la explotación de este servicio solo se presentó una empresa, que no fue capaz de acreditar los documentos y requisitos que se le reclamaron a pesar de que se le concedió una prórroga por valor de diez días.

Los pliegos incluían la subrogación del personal que hasta su cierre venía desempeñando su labor en dicho negocio, y que había comenzado el reparto de octavillas y la recogida de firmas para instar a que el proceso se tramitara con mayor rapidez.

Los trabajadores que desempeñaban su labor en este establecimiento barajaron alternativas como la creación de una cooperativa entre los propios empleados como modo de reflotar el negocio, si bien "tras hacer números las cuentas no salen", según los mismos, que constataron que esta fórmula no podría prosperar "debido a la gran deuda existente con la Seguridad Social y al hecho de que el anterior empresario se llevó maquinaria que hay que reemplazar".

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