El presunto líder yihasdita Karin Abdeselam Mohamed, alias "Marquitos", ha negado este miércoles en un juicio en la Audiencia Nacional haber reclutado en España a personas para incorporarse a la lucha del autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria.

La Audiencia Nacional ha iniciado este miércoles el juicio de la primera célula desarticulada en España dedicada al reclutamiento de yihadistas para enviarles a Siria para que integraran las filas del EI y que contaba con once miembros, para los que la Fiscalía pide penas de 10 y 12 años de cárcel.

Los acusados Karin Abdeselam Mohamed, Marquitos, e Ismael Abdellatid Al Lal, Stifo, para los que la Fiscalía pide la principal pena de 12 años de cárcel, eran los presuntos dirigentes de esta red, que mandó a luchar a Siria a catorce personas de las que al menos ocho murieron.

El primero, que se ha presentado como español, árabe, musulmán y religioso, ha asegurado que había iniciado gestiones para viajar a Turquía pero no para enviar a personas a Siria ni para incorporarse al EI sino para visitar un campo de refugiados del pueblo sirio, ya que quería realizar una ayuda humanitaria.

Karin Abdeselam ha asegurado que conoce a los demás acusados por ser vecinos suyos en el barrio del Príncipe de Ceuta, ha negado que haya adoctrinado o dado órdenes a persona alguna o que sepa usar armas y ha lamentado que antes se le relacionaba con Al Qaeda, ahora con el EI y que se le vaya a seguir vinculando con cualquier otro grupo que salga.

El fiscal Vicente González Mota, según su escrito de conclusiones provisionales, expondrá en el juicio, que se celebrará hasta junio ante la sección segunda de la Sala de lo Penal en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid), cómo esta red tenía como objetivo final "alcanzar el Califato Mundial", para lo que estaba en "estrecha conexión" con una célula de Marruecos.

Los acusados realizaban sus actividades de captación en Ceuta, coordinaban supuestamente a los enviados a Siria en su viaje a ese país y en su incorporación a la yihad, y también servían de enlace con las familias de los yihadistas, a las que comunicaban su muerte, en algunos casos en acciones suicidas.

La operación contra estas personas, que serán juzgadas por el delito de integración en organización terrorista, se inició en abril de 2012, cuando el marroquí Abdelaziz El Mahdali viajó a Siria y creó la "katiba" (batallón de combatientes) llamada "Tarik Ibn Ziad", a la que se incorporaron los captados por la red española.

De los catorce hombres que viajaron a Siria entre abril de 2012 y junio de 2013 gracias a la red, que les facilitaba el transporte hasta Turquía y los contactos en este país para desde allí llegar a Siria, solo uno regresó, el acusado Abdeluahid Sadik Mohamed.