Nacen cuatrillizos en Afganistán y tres de los niños sobreviven, pese a la alta mortalidad infantil

  • Nacen de parto natural en un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán, uno de los países más peligrosos del mundo para dar a luz.
  • Tres de los cuatro niños sobrevivieron. Afganistán tiene una alta mortalidad infantil: el 40% de los recién nacidos no llega al mes de vida.
  • MSF tiene cuatro hospitales en Afganistán en zonas donde no hay otras instalaciones sanitarias.
  • "En otros centros de la zona quizás no hubieran sobrevivido", dice Patricia Lledó, ginecóloga española de MSF.
Cuatrillizos en una incubadora en un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán.
Cuatrillizos en una incubadora en un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán.
Médicos sin Fronteras
Cuatrillizos en una incubadora en un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán.

La solidaridad lo ha hecho posible: en uno de los países más peligrosos del mundo para dar a luz, Afganistán, han nacido cuatrillizos en el hospital que Médicos sin Fronteras (MSF) tiene en Boost, Lashkar Gah, provincia de Helmand.

El nacimiento de Bismillah, Rahmadullah, Rhiniullah y Rahima es una muestra de los éxitos conseguidos por MSF en sus hospitales en Afganistán. Más aún, teniendo en cuenta que en el país la tasa de mortalidad materna es de 400 mujeres entre 100.000 partos (según datos del Banco Mundial); y que el 40% de los recién nacidos no llega al mes de vida.

La madre dio a luz a los cuatro bebés sin cesárea, aunque, como es lógico, antes de tiempo: es difícil que un bebé prematuro sobreviva en Helmand sin atención médica especializada. Para eso está MSF con su hospital con 285 camas.

“Muchos recién nacidos que se supone no tendrían problemas en hospitales bien equipados en otras partes del mundo, aquí no sobreviven: la guerra, la pobreza y el subdesarrollo provocan que los estándares de Sanidad sean muy bajos", dice el alemán Steffen Hillebrand, el médico alemán que asistió el parto.

Poco tiempo después de su regreso a casa tras recibir el alta, los cuatrillizos sufrieron una infección respiratoria, por lo que tuvieron que volver al hospital de MSF. Su familia, que vive en condiciones de pobreza severa, como la mayoría de los habitantes de la provincia de Helmand, no logró recorrer a tiempo los 70 kilómetros que separan su hogar del hospital para evitar que uno de ellos muriera. Los otros tres fueron ingresados en el hospital, y dados de alta una vez recuperados.

"Por un lado me ha puesto muy triste la muerte del bebé, pero es un gran logro en esta provincia conseguir que los otros tres estén bien y se les dé el alta: sinceramente, cuando los vi después de que su madre les diera a luz, era difícil tener esperanzas", señala Hillebrand.El médico llama la atención acerca de algunas de las dificultades que existen para disponer de una asistencia de calidad en la zona."Es difícil hasta la contratación de personal sanitario porque cuesta encontrar trabajadores cualificados. Además, hay malnutrición y falta de educación", agrega.

Cuatro hospitales, miles de vidas

En Afganistán, que vive un conflicto armado permanente desde 1978, MSF tiene cuatro hospitales: Kabul, Kunduz, Lashkar Gah y Khost. Trabajó por primera vez allí en 1981, pero la organización en los últimos dos años dicen que la cantidad de pacientes atendidos se ha duplicado.

Por ejemplo, la maternidad de Khost se inauguró en 2011, y MSF eligió esta ciudad porque está muy afectada por el conflicto y no contaba con infraestructuras sanitarias, mucho menos especializadas en maternidad y mujeres, por lo cual las tasas de mortalidad materna en la zona eran muy altas.

Según datos de MSF, cuatro de cada cinco personas evitaron 2013 su clínica pública más cercana durante una enfermedad, principalmente por pensar que habría problemas con la disponibilidad o la calidad del personal, los servicios o los tratamientos.

"Aquellos que son capaces de llegar a los centros de salud se enfrentan a viajes cargados de miedos y peligros en los que tienen que superar minas terrestres, bloqueos de carreteras, puestos de control, acosos y fuego cruzado. El hecho de tener que desembolsar grandes cantidades para cubrir estos trayectos así como para el pago de honorarios, medicamentos, pruebas de laboratorio y atención hospitalaria, empuja a muchas personas a una deuda insostenible", explica MSF en un informe sobre la sanidad en el país.

La maternidad de 83 camas de Khost es el único hospital especializado en salud materna de toda la zona, y proporciona un entorno seguro a las embarazadas (en particular en partos complicados) para reducir la elevada mortalidad materna y neonatal. En 2013, practicaron 12.000 partos y asistieron a 2.000 mujeres con complicaciones. Tiene una parte de maternidad, y una parte neonatal y pediátrica.

Es más, en 2010, Afganistán era el país más peligroso del mundo para dar a luz, con unas cifras de mortalidad materna de 1.800 por cada 100.00 partos, dicen desde Médicos sin Fronteras.

“Cuando inauguramos este hospital, el ‘éxito’ nos explotó en la cara: 800 partos mensuales desde que abrimos y ahora está en los 2.000 mensuales”, cuenta , según Patricia Lledó, ginecóloga de terreno de la organización.

Esta médico comenta con orgullo que la mortalidad materna en este centro se ha ubicado en el entorno de los estándares europeos (por ejemplo, en España la tasa de mortalidad materna es de 6 cada 100.000 partos).

Así, dice, queda demostrado que si se ponen medios, se pueden evitar muchas muertes de niños.

“Es una maternidad muy linda, con unas 49 camas de posparto, dos quirófanos, una unidad de neonatos…”, explica esta ginecóloga que trabaja hace siete años en la organización y en 2012 estuvo en Afganistán, trabajando justamente en Khost.

El reclutamiento de personal médico femenino cualificado en Khost ha supuesto todo un reto. Hay una falta generalizada de profesionales sanitarias cualificadas en Afganistán, y muchas especialistas prefieren vivir y trabajar en las grandes ciudades. Casi todo el personal en esta maternidad, por motivos culturales, son mujeres.

Por ello, a menudo es necesario apelar al personal internacional que, además de cubrir vacantes, proporciona formación a los locales.

Han superado lo peor: el parto

Respecto a los niños nacidos en Boost, Lledó se congratula de que tres de los cuatro niños hayan superado lo peor, que es el momento del parto, y su primer mes de vida. En Afganistán, fallecen en su primer mes de vida el  40% de los menores.

“Por haber nacido en circunstancias sanitarias seguras se han quitado ese primer riesgo. Aunque igualmente, hasta los 5 años, esta mortalidad es muy alta en estos países”, explica Lledó, quien además, ha trabajado en Guatemala, Pakistán, Somalia, Zimbabue, Liberia, o Sierra Leona.

"En Afganistán es muy alta la cantidad de niños que muere por complicaciones de salud tales como una neumonía, una diarrea, una gripe... esas cosas aqui no suceden", explica

"Es muy raro que nazcan cuatrillizos sin la intervención de la reproducción asistida. Al ser prematuros, tienen que estar en una unidad de neonatología, con incubadores que les den calor, medicamentos... eso muy probablemente no lo hubieran logrado si no hubieran estado en nuestro hospital, pues no hay otro en la zona", cuenta.

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