La Fiscalía pide cuatro y cinco años y medio de cárcel contra dos acusados de traficar con droga

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén ha celebrado este lunes un juicio contra dos acusados --identificados como M.A.H. y N.R.-- para los que la Fiscalía pide, respectivamente, una condena de cuatro y otra de cinco años y seis meses de prisión por un presunto delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas que causan grave daño a la salud.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén ha celebrado este lunes un juicio contra dos acusados —identificados como M.A.H. y N.R.— para los que la Fiscalía pide, respectivamente, una condena de cuatro y otra de cinco años y seis meses de prisión por un presunto delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas que causan grave daño a la salud.

El juicio ha quedado visto para sentencia después de que el Ministerio Público haya elevado a definitivas sus conclusiones provisionales, algo que también han hecho las defensas de los acusados, que han solicitado para cada uno de ellos su libre absolución.

Según la versión de la Fiscalía, la actuación que ha desembocado en este juicio se inició en la madrugada del 26 de noviembre de 2012 en el marco de un control rutinario de vehículos que estaba realizando la Guardia Civil en la calle Escuelas Ave María de Arjona (Jaén).

Allí, los agentes pararon al vehículo en el que viajaba el acusado M.A.H., a quien le requirieron la documentación del mismo, si bien al ver que éste se ponía "nervioso", los guardias civiles inspeccionaron el coche y localizaron "diez envoltorios de una sustancia blanca perfectamente atados con hilo de color verde, así como un monedero de color marrón con un importe de 70 euros en varios billetes, una báscula de precisión y un carrete de hilo de color verde".

La sustancia blanca referida resultó ser cocaína —con un peso neto de 3,55 gramos— que, según el fiscal, el acusado "había comprado en colaboración" con el otro procesado, N.R., en Lopera (Jaén), "donde residía este último, con el fin de destinarlo al consumo de terceras personas".

En su declaración ante el tribunal, el acusado M.H.A. ha reconocido que la Guardia Civil localizó cocaína en el interior del vehículo en el que viajaba el día del referido control rutinario, si bien ha afirmado que las dosis que transportaban eran "para su consumo" porque estaba "enganchado" a la droga, y no para su venta a terceros.

De igual modo, ha defendido que adquirió la cocaína en la ciudad jiennense de Andújar, y no en Lopera, como, según le ha remarcado el fiscal, declaró cuando fue detenido, algo que el procesado ha justificado señalando que dijo en aquel momento "lo que le dijo su abogado", que no es el que actualmente le defiende y que, según ha indicado, le recomendó que se comportara de esa manera en beneficio de su situación.

En esa línea, también ha afirmado en el acto del juicio que "no recuerda" a quién le compró la droga y que no conoce "de nada" al otro procesado, pese a que cuando fue detenido lo identificó entre "varias fotos" que le mostró la Guardia Civil.

Acusado en prisión provisional

En cambio, los dos agentes que elaboraron el atestado correspondiente al control de su vehículo han manifestado en el juicio —en el que ambos han declarado como testigos, uno por videoconferencia— que el procesado prestó declaración y respondió "libre y voluntariamente" a las preguntas que se le hicieron, sin que se le dieran consignas para que realizara unas afirmaciones u otras. De igual modo, se han ratificado en lo expuesto en el atestado que elaboraron.

Por su parte, el procesado N.R. —desde febrero de 2014 en prisión provisional por unos hechos que se siguen actualmente desde la Audiencia Provincial de Córdoba, y cuyo domicilio fue registrado después de que el otro encausado lo señalara como el supuesto vendedor de la droga que llevaba— ha afirmado que "no conoce" a M.A.H. y que, por tanto, "no sabe" por qué éste lo señaló en el reconocimiento fotográfico que se llevó a cabo.

A preguntas de su abogado, además, ha reconocido que sobre él pesa una condena impuesta por la Audiencia de Ciudad Real, pero por "transporte" de droga y no por venta de la misma 'al menudeo', y que a raíz de esos hechos ha estado sometido a controles por parte de las fuerzas de seguridad y "nunca se le ha encontrado nada" de droga en ellos.

Conclusiones de las partes

A la finalización del juicio, la Fiscalía ha mantenido sus conclusiones iniciales, lo que le ha llevado a interesar para el acusado M.A.H. una condena de cuatro años de prisión por un presunto delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas que causan grave daño a la salud, y otra de cinco años y seis meses de cárcel para el encartado N.R. por el mismo supuesto.

Además, pide para cada uno de los dos acusados la imposición de una multa de 27.000 euros, y que se destruya la droga incautada en el marco de esta operación, según ha precisado en su turno final de palabra en el juicio, en el que el fiscal ha justificado la petición de una sentencia condenatoria al considerar que los hechos han quedado "más que probados" en el transcurso de la vista.

Frente a ello, tanto el abogado de M.A.H. como el de N.R. han solicitado la libre absolución de sus patrocinados. Así, el primero ha expresado su confianza en la "inocencia" de su cliente, que, según ha incidido, "ha estado enganchado a la droga desde antes de 2009", año en el que inició un tratamiento en Andújar, y cuando fue detenido por estos hechos "se puso nervioso", ya que era la primera vez que lo arrestaban.

Por su parte, la defensa de N.R. ha querido dejar claro que sobre su cliente pesa una condena anterior impuesta por la Audiencia de Ciudad Real pero por un caso de "transporte de una determinada cantidad de droga", pero no porque se dedique a la venta 'al menudeo' de la misma.

De igual modo, ha reconocido que se encuentra en prisión provisional actualmente por un caso del que se encarga la Audiencia Provincial de Córdoba, si bien "no ha sido condenado" por esos hechos y aún está amparado por su derecho a la presunción de inocencia, que, en su opinión, tampoco ha quedado desvirtuado en este procedimiento, en el que "no hay ninguna prueba de cargo contra él", y solo le incriminan unas declaraciones "plagadas de contradicciones" formuladas en el momento de su detención por el otro procesado, que "supuestamente quería colaborar" en la causa.

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