Un grupo de senderistas introduce la manzanilla de Escombreras en la Cala del Boquete Grande

La amenaza de lluvia ha amedrentado al medio centenar de senderistas de Cartagena que participaron este sábado en la introducción de la manzanilla de Escombreras en la Cala del Bolete Grande, una pequeña planta anual en peligro de extinción que crece tan solo en las costas de Argelia y Cartagena.
Imagen de los senderistas
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La amenaza de lluvia ha amedrentado al medio centenar de senderistas de Cartagena que participaron este sábado en la introducción de la manzanilla de Escombreras en la Cala del Bolete Grande, una pequeña planta anual en peligro de extinción que crece tan solo en las costas de Argelia y Cartagena.

Esta actividad se enmarca en el proyecto para la conservación de la especie que está llevando a cabo la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y de la Autoridad Portuaria de Cartagena.

La plantación, realizada por senderistas pertenecientes a las asociaciones Al Trote Cochinero, Haciendo Caminos, Centro Excursionista de Cartagena y la Asociación para la Defensa del Entorno Natural de La Azohía (ADELA), fue el pistoletazo de salida para la acción más importante del citado proyecto, que consiste en la introducción en la costa cartagenera de tres nuevas poblaciones de manzanilla, con 2.000 plantas cada una, con el objetivo de conectar ecológicamente las dos únicas poblaciones europeas de esta especie que se encuentran en la Isla de Escombreras y en La Azohía.

Además de la población en la Cala del Bolete Grande, está prevista la introducción en el mes de abril de otra nueva en La Algameca Chica y la reintroducción de la población que desapareció a finales del siglo pasado en la zona continental de Escombreras, según han informado fuentes de la UPCT en un comunicado.

Y es que, la Cala del Bolete Grande, situada en el Parque Regional de la sierra de la Muela, Cabo Tiñoso y Roldán, es un singular enclave muy apreciado por los amantes de la costa de Cartagena, lo que la convierte en visita obligada de numerosas rutas que transcurren por la zona, y destino idóneo para rutas nocturnas en los calurosos meses de verano.

La colaboración en la recuperación de esta especie en peligro de extinción ha sido una oportunidad para los senderistas de devolver a la naturaleza la riqueza que les ofrece, al tiempo que disfrutan realizando una de las actividades que más les gusta, tal y como explica María José Vicente profesora de la Escuela de Ingenieros Agrónomos, responsable del proyecto y senderista.

La planta necesaria para llevar a cabo estos trabajos está siendo cultivada en los viveros que la Escuela de Ingenieros Agrónomos tiene en la Finca Experimental Tomás Ferro, en La Palma. El cultivo se inició en el mes de diciembre, cuando se sembraron miles de semillas procedentes de las poblaciones naturales de la especie.

A partir del mes de marzo, las jóvenes plantas se llevarán al campo de forma progresiva con la intención de que la floración se produzca una vez hayan sido trasplantadas.

Y es que, aunque la introducción de la especie se podría hacer a partir de semillas, el equipo responsable del proyecto ha optado por la plantación de ejemplares crecidos en vivero, aprovechando una de las múltiples estrategias de adaptación a ambientes semiáridos que presenta esta singular especie y que consiste en que una vez la planta ha completado su ciclo anual de vida hacia el mes de junio, permanece seca en el terreno durante meses manteniendo las semillas en los capítulos de la planta.

Esta estrategia, que recibe el nombre de banco aéreo de semillas, permite a la planta conservar sus semillas protegidas en verano de predadores como pájaros e insectos y, además, garantizar que caerán al suelo en un momento en el que encuentren la humedad que necesitan para germinar, ya que la dispersión de las semillas se hace de una manera gradual, con los episodios de lluvia que se producen durante el otoño e invierno.

Por otra parte, partiendo de la pequeña cantidad de semilla que se necesita para producir la planta, se incrementa varios cientos de veces el número de semillas realmente introducidas en cada población, ya que estudios llevados a cabo por la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la UPCT han mostrado que una planta de manzanilla es capaz de producir por término medio unas 1.000 semillas.

No obstante, ante la posibilidad de que una falta de lluvia en primavera perjudicase el establecimiento de las plantas, en el mes de julio está prevista la recolección de semillas de las dos poblaciones naturales para llevar a cabo reforzamientos mediante siembras de estas nuevas poblaciones.

Parte de esta semilla será conservada en el Banco de Germoplasma de la Universidad Politécnica de Cartagena, con la finalidad de salvaguardar a largo plazo la mayor diversidad genética de la especie.

Junto a estas acciones de conservación se van a llevar a cabo diversas actividades de divulgación de los conocimientos adquiridos y concienciación a la población sobre la importancia ecológica de esta especie y la necesidad de su conservación.

Así, en el próximo 'Campus de la Ingeniería' organizado por la UPCT, que se celebrará en el mes de mayo, se ha incluido un taller sobre la manzanilla de Escombreras para que alumnos de primaria y secundaria de la región de Murcia tengan la ocasión de conocer de primera mano todas las acciones que se están realizando para la recuperación de esta joya botánica de Cartagena, patrimonio de nuestra Región.

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