Una mujer de 72 años lleva aguantando dos años de obras en su edificio

  • La septuagenaria se encuentra en régimen de alquiler de renta antigua.
  • Está convencida de que lo que pretenden es echarla de su casa.
Una vecina de Vigo de 72 años de edad denunció que vive en un piso en medio de un edificio que lleva dos años con obras de rehabilitación después de que los propietarios decidieran emprender la remodelación al no poder echar a la mujer por tener
una renta antigua desde hace más de 40 años.

La inquilina María Novas, que paga 68 euros al mes de alquiler y reside en la segunda planta del inmueble, está "cansada" tras llevar dos años aguantando los ruidos, humedades, polvo y peligros que supone vivir en medio de una obra como la que se está haciendo en el edificio donde vive desde 1964.

"Yo no puedo más", afirmó  esta mujer que reconoce tener artrosis y "estar con tranquilizantes" desde que comenzó su "calvario" a finales de 2004, cuando los propietarios del edificio le comunicaron el inicio de la reforma.

María Novas es inquilina de renta antigua desde mayo de 1964, fecha en que firmó el contrato de alquiler indefinido por 24.000 pesetas al año -2.000 pesetas al mes-. Un alquiler que en la actualidad asciende a 68 euros mensuales. Una cantidad que, según comentó, varía, ya que a veces se incluyen otros recibos.

"UN INFIERNO"

"Esto es y ha sido un infierno", explicó la septuagenaria a la hora de describir lo que ha sido el día día a lo largo de estos dos años que llevan de obras.

"Yo me levantaba, me vestía y me iba a la calle con la perra porque no había ser humano que lo aguantara y aún así tenía que soportarlo", dijo.

Durante todo este tiempo, mientras mantenía sus protesta en el Ayuntamiento de Vigo y en los juzgados, la afectada tuvo que vivir "con humedades, ruidos y, encima, el cachondeo que se traían los obreros".

Así, explicó que los obreros retiraron el aislante de las paredes, lo que provocó que el agua entrara en su vivienda, causando cortocircuitos en diferentes partes de la casa que ahora están sin electricidad.

Además, indicó que tampoco la situación en los juzgados parece ir por el camino que desearía, puesto que después de denunciar varias veces su situación, hubo una sentencia que permitió a los propietarios continuar con la obra "porque el derribo ya estaba hecho".

No obstante, el fallo matiza que las obras no debían afectar al suelo, a las paredes ni al techo de su vivienda, algo que, según puntualizó la inquilina, no se cumplió.

En el número 9 de la calle Romil de Vigo, donde reside la mujer, se puede apreciar un contraste entre las ventanas nuevas de todos los pisos con la pared renovada de la fachada y, en medio, tres ventanas en la segunda planta diferentes a la obra.

SOLUCION

María Novas pide una solución porque con sus ingresos de 500 euros al mes de la pensión no se puede mudar.

"¿Y a dónde voy a ir con lo que cobro?", se pregunta.

"Que me busquen una solución; que yo me iría de aquí encantada y ganaría en salud; que me busquen un piso decente, o que me den el dinero para buscarlo yo", solicitó.

La mujer tuvo que personarse recientemente en el juzgado para atender la denuncia interpuesta por los propietarios del edificio que, a la vez, son los promotores de la obra.

"Es lo irónico, que me denuncien a mí porque dicen que no dejo trabajar a los obreros por coacción", criticó.

"Lo hacen para echarme, es lo que andan buscando", añadió.

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