La población de Cannes se divide estos días en dos grupos: el de quienes frecuentan las fiestas -reconocibles al día siguiente por las ojeras o las gafas de sol- y el de quienes lucen frescos y sonrosados.

La proyección en pantalla gigante del último episodio de Star Wars, La venganza de los sith, de George Lucas, el domingo, justo después de su estreno mundial, al lado del teatro Lumiere y sus famosas escalinatas rojas, era para ellos y para todo aquel que no pudo entrar en la sesión de prensa, a las 07.30 GMT de la mañana o en la sesión de gala de la noche.

Tumbados en hamacas en la playa o de pie en el paseo marítimo, sus espectadores y todo aquel que paseaba pudo contemplar luego unos fuegos artificiales y una proyección especial de rayos láser multicolores sobre el sinfín de yates y lujosos navíos atracados en la bahía.

Las fiestas con más caché

En Cannes cuando se dice "fiesta" se suele hablar de las que organizan las grandes productoras tras el estreno de un film, con noches de invitados de excepción reunidos en salones y playas privadas de grandes hoteles, en lujosos palacetes situados en las montañas, al mejor estilo "Hollywoodiense", o en el mar.

Dicen que allí, sobre el Mediterráneo, en esa hermosa bahía de la Costa Azul francesa, residen algunas de las celebridades soñadas cuando vienen al festival y donde tienen lugar las fiestas más memorables, secretas y de difícil acceso. Saber en qué yate, hotel, palacio o villa se celebra una fiesta llena de estrellas famosas es algo difícil de adivinar para los no iniciados. Entre otras, por razones obvias de seguridad.

Todo parece indicar que la fiesta más selecta e importante de la 58 edición del Festival tuvo lugar anoche en el paquebote "Queen Mary II", que dejó su habitual recorrido Southampton-Nueva York para recibir a Georges Lucas y a su equipo, aunque el secreto de estos eventos suele mantenerse también después.

Se sabe, porque se ve con sólo mirar al horizonte y los servicios marítimos locales solo pueden confirmarlo, que lejos del mundanal ruido, llegó a haber anoche más de cien gigantescos veleros de varios mástiles, catamaranes, yates, paquebotes y navíos de lujo.

Cine cargado de humanidad

Otros equipos prefieren cierta transparencia, y por ser menos adulados pueden permitírselo, como el del gran cineasta italiano Marco Tullio Giordana, que anoche recibió en la playa de un gran hotel a los amigos de Quando sei nato non puoi piu nasconderti. Título que vendría a decir "Una vez que naciste ya no puedes esconderte" y que lanza al corazón del espectador a esos "desconocidos" inmigrantes que en condiciones infrahumanas lo abandonan todo para venir a Italia y a otros países europeos.

Un tipo de cine cargado de inteligencia y humanidad, sin cadáveres hallados en situaciones morbosas, sin intrigas o imágenes sórdidas y abundantes y osadas escenas de sexo, lo que suele ser raro de ver en Cannes.

Las innumerables fiestas de películas y proyectos grandes y pequeños, galas de beneficencia, de presentación, de premios, que se celebran cada noche en Cannes y sus alrededores son sólo una pequeña muestra de la ajetreada agenda del Festival, más allá, por supuesto, de las proyecciones de cine.

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