¿Para cuándo lo quieres?

  • Siempre hay alguien esperando impaciente a que termines una tarea, todo parece urgente.
  • Te damos algunas claves para que te organices y puedas trabajar con más calma.
Si en el trabajo todo se hace rápido es que algo no funciona. (Luis Frutos)
Si en el trabajo todo se hace rápido es que algo no funciona. (Luis Frutos)
Si en el trabajo todo se hace rápido es que algo no funciona. (Luis Frutos)

En la vida diaria en una empresa se dan diferentes situaciones, hay periodos intensos y otros de calma, y el grado de impaciencia de los jefes suele evolucionar de forma paralela.

Cuando en un trabajo todo se hace siempre rápido es porque algo no funciona correctamente.

Una organización que instala la prisa como determinante de cada tarea puede ser que esté enferma.

Para los trabajadores es una fuente de malestar, relacionado con el humor, el sueño y la ansiedad; y para las empresas, una manera de gestionar el trabajo que ofrece pocas garantías de éxito.

Vísteme despacio...

Problema social: Da igual de lo que se trate, en nuestra sociedad todo debe ser prácticamente inmediato. Ya no sirve correr, hay que volar.

Cuestión de carácter: Muchas veces las prisas no tienen su origen en la organización del trabajo. Hay personas que son víctimas de la ansiedad hasta para disfrutar de sus vacaciones.

Rutinas y trastornos: Se piensa que una tarea bien hecha es la que se realiza a toda velocidad, pero esta rutina de la inmediatez, más que un rasgo de eficacia y resolución, puede ser el síntoma de un trastorno más grave.

Mala gestión: En el mundo laboral, el abuso de la vía de urgencia indica una previsión deficiente de la actividad, una mala gestión de los recursos y un modo

de trabajar que no alcanza el rendimiento deseado a pesar del enorme esfuerzo.

Todos pierden: La prisa resta calidad al producto final, pero también satisfacción al empleado y beneficios al empresario.

Horas poco aprovechadas: Los españoles trabajamos más horas que los franceses, alemanes o británicos, pero la productividad de nuestras empresas es mucho menor.

Buscar el placer: Actuar sin prisas no significa ser pasivo. El estrés es dañino para las relaciones personales entre los trabajadores y para las organizaciones empresariales. El mejor camino para aumentar la productividad es trabajar con cierto placer, uno de los deberes pendientes de nuestra economía.

Dosis de paciencia: Conseguir que todos seamos más pacientes no es fácil, una buena solución es que cada uno intente conseguirlo consigo mismo. Las horas de sueño y la alimentación son fundamentales para mantener la calma, igual que el ejercicio físico.

Paso a paso: No conviene llenar la agenda de trabajo cada día, ni tratar de hacer varias cosas al mismo tiempo, ni mirar el reloj a cada rato; en el trabajo hay que convencerse y convencer a los compañeros, jefes o subalternos de que lo más importante es hacer las cosas bien.

En persona

José L. Torres, 43 años, repartidor

"Vas rápido para salir antes o para ganar más"

"Si pudiese trabajar con menos prisas, estaría muy bien. Tengo que hacer un esfuerzo físico grande, me toca subir, bajar y descargar cosas, aparte del tema de conducir, que también cansa bastante.

Así, durante más de ocho horas cada día. Paramos un rato para comer, pero hay que hacerlo rápido porque hay que acabar cuanto antes el reparto. Todo lo que sea reducir el estrés y poder trabajar con más tranquilidad está bien, pero cada uno hace las cosas a su manera.

Algunos van más rápido porque pueden salir un poco antes, otros porque así pueden hacer más portes y ganar más dinero. Además, para hacer las cosas tranquilo tendrían que meter más personal o pagar mejor, y no creo que estén dispuestos".

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