Un ciudadano belga murió ayer en un avión de Iberia que volaba entre Santo Domingo y Madrid al «abrirse» en su estómago una de las bolas de cocaína que había ingerido, según fuentes aeroportuarias. La defunción de Bram G., de 32 años, se produjo sobre las 5.00 horas y el avión aterrizó en el aeropuerto madrileño sobre las 7.00 horas. Por otra parte, la Policía detuvo en Barajas a un empleado de las instalaciones que recogía la droga que los narcotraficantes enviaban a Madrid desde Latinoamérica.
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