Un periodista denuncia abusos policiales en Ofelia Nieto: "Me empujó y cai boca abajo"

  • Jaime Alekos fue arrestado mientras cubría el desalojo y derribo del edificio situado en el número 29 de la calle Ofelia Nieto de Madrid.
  • En un escrito relata que les dijo a los agentes que le arrestaron e inmovilizaron que era periodista hasta en cuatro ocasiones.
  • Se le imputan los cargos de desobediencia, resistencia y atentado a agentes de la autoridad, penados con hasta cuatro años y medio de cárcel.
  • La Plataforma en Defensa de la Libertad de Información exige responsabilidades por esta detención y no descarta acciones legales.

El periodista Jaime Alekos estuvo detenido más de 30 horas la semana pasada tras ser arrestado mientras cubría el desalojo y derribo del edificio situado en el número 29 de la calle Ofelia Nieto de Madrid. Alekos, a quien se le imputan los cargos de desobediencia, resistencia y atentado a agentes de la autoridad, ha dado su versión de los hechos en un escrito remitido a la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI). En él señala que comunicó a los agentes que le detuvieron e inmovilizaron que era periodista hasta en cuatro ocasiones, ofreciéndose a mostrarles su acreditación, sin que en ningún momento le prestaran atención.

El reportero narra que llegó al edificio sobre las ocho menos cuarto de la mañana. "Entre cinco y diez minutos" después de estar dentro, la Policía establece un perímetro alrededor del inmueble "que impide que se acerque nadie más". "Soy el único periodista en la vivienda, dentro del perímetro", recuerda. Desde allí, graba lo que está ocurriendo en la calle, donde un grupo de personas se ha concentrado para intentar evitar el desahucio.

Esos intentos son en vano. Los agentes logran desalojar y derribar la puerta. La cámara de Alekos capta fugazmente su irrupción en la casa. "Grabo una parte muy breve, lo que se ve en el reportaje, y subo de nuevo a la terraza", relata.

Minutos después, los policías acceden a la terraza, "al grito de '¡todos al suelo! ¡todos al suelo!". "Me pongo de rodillas, con las manos arriba, mi cámara y el micrófono colgando del cuello, y cuando se me acerca el primer policía le comunico que 'soy periodista' y se lo repito una vez. Él me vuelve a gritar '¡al suelo!' y me empuja de tal forma que caigo tumbado boca abajo, clavándome la cámara y el micrófono contra el pecho", cuenta Alekos, quien agrega que el policía le presiona la espalda con la rodilla.

A partir de ahí, el fotógrafo apunta que informó de su profesión a dos agentes más: "Llega un policía que parece ser el que da las órdenes y, cuando pasa a mi lado, le comunico que 'soy periodista, si me lo permite [dado que estaba inmovilizado] le muestro mi acreditación'. No me responde. Me esposan con las manos atrás y me bajan a la calle, donde vuelvo a repetirle al policía que me está llevando hacia la parte trasera de un furgón, que 'soy periodista, si me lo permite le muestro mi acreditación'. Como los policías de arriba, no responde cuando me dirijo a él". Alekos asegura que su tono "es sosegado en todo momento".

Son alrededor de las nueve de la mañana y el periodista es trasladado, junto a otros tres detenidos, a la comisaría de la Policía Nacional en el distrito Moncloa/Aravaca. El escrito continúa relatando detalladamente lo que va ocurriendo durante el arresto, como el hecho de que no se le suministra la medicación que necesita por ser enfermo de tiroides o que ve por primera vez a su abogada "pasadas las ocho de la tarde". Es ella quien le informa de que los delitos que se le imputan están penados con hasta cuatro años y medio de prisión.

Finalmente, el sábado, tras declarar ante el juez, el periodista es puesto en libertad sobre las cuatro de la tarde.

Estos hechos han motivado las quejas de las PDLI, que ha exigido responsabilidades por esta detención. La plataforma no descarta otro tipo de acciones legales, "pues los hechos podrían ser constitutivos de delito".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento