Cumpliendo su promesa de mostrar a los televidentes los lugares más peligrosos del planeta, el espacio de documentales En tierra hostil regresa este miércoles a la parrilla (22.30 horas) de la mano de la reportera Alejandra Andrade y con un nuevo rumbo: las favelas de Río de Janeiro, en Brasil.

"Cualquier día uno saca una pistola y no se lo va a pensar", "es el precio de estar aquí", explican algunos de los entrevistados en el reportaje que descubre un fenómeno curioso y poco conocido: el de mano de obra española cualificada (arquitectos, periodistas, médicos, empresarios de entre 25 y 35 años) que viaja a Brasil de forma clandestina para poder desempeñar a toda costa la profesión para la que han estudiado. Unos 'sinpapeles' titulados ("los nuevos ilegales", les llaman en el país brasileño) que, muchas veces, se ven abocados a instalarse en las zonas más pobres y marginales de las ciudades y trabajar por una miseria. "Es casi imposible conseguir permisos aquí", explica uno de ellos.

El programa se adentra en las suburbios de Río en uno de los momentos más tensos de los últimos años, ya que se está fraguando una ocupación policial de un complejo de dieciséis favelas que tiene como misión pacificar el gran centro del narcotráfico en Brasil. Mientras, los narcos esperan multiplicar sus ventas con las visitas previstas hasta los juegos Olímpicos.

La asignación de En tierra hostil al prime time (horario de máxima audiencia) es una excepción en una programación que habitúa a reservar para esa franja sus mejores ficciones o espacios de entretenimiento. Sin embargo, el espacio ha tenido en su corta trayectoria una excelente acogida, llegando a marcar un 20,9% de cuota de pantalla con su última entrega, el pasado 10 de febrero, que estuvo dedica a Corea del Norte.

El pasado 17 de febrero abandonó la parrilla y dejó paso a Bajo sospecha. Ahora vuelve en miércoles —en vez de en martes— para ocupar el hueco de la finalizada Algo que celebrar.