Conscientes de que las elecciones del domingo son una suerte de primarias de cara a las generales de 2008, los principales candidatos han tomado parte en un auténtico maratón electoral durante las últimas dos semanas.

Mientras que IU ha mantenido un tono más contenido, los líderes de PSOEyPP, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, se han lanzado continuas descalificaciones mutuas.

Las críticas más comunes han sido la política antiterrorista y el modelo territorial, con referencias a la corrupción municipal e incluso a Irak.

Tanta acusación ha dejado poco espacio para los cientos de propuestas que integran los programas de ambos partidos.

Zapatero se ha esforzado por subrayar lo que él considera grandes logros de esta legislatura.

También ha tocado temas que preocupan a los ciudadanos, como la inmigración (defendiendo una controlada y con contrato) o el urbanismo salvaje (al que según él ha puesto fin con la Ley del Suelo).

Además, ha animado a la participación, consciente de la importancia que tiene para su partido.

En las municipales de 2003, con un 67,7% de participación, el PSOE tuvo sólo 123.000 votos más que el PP.

La participación suele ser mucho mayor en las generales (hasta 3 millones de votantes más en las generales de 2004), lo que impide que los resultados del domingo puedan extrapolarse fácilmente a 2008.

Rajoy ha salpicado propuestas (ilegalización de regularizaciones de inmigrantes, AVE en toda España, más ayudas a las familias)en un discurso que incide en la claudicación del Gobierno ante los terroristas y en el que se pelea por las alcaldías y las dos comunidades que están en alero:Navarra y Baleares.

Llamazares se ha centrado en la lucha contra la corrupción y la especulación.