Peritos creen que el acusado de asesinar a su mujer en Alcolea "sería inimputable" por "trastorno"

El hombre acusado de asesinar a su mujer, María Rey Redondo, de 51 años de edad, en mayo de 2013 en la barriada periférica cordobesa de Alcolea, golpeándola primero con un martillo en la cabeza y estrangulándola después, "sería inimputable", según declaraciones de peritos, que han manifestado que su actitud es "compatible" con el "trastorno delirante", que "nunca desaparece", con "delirios de celos", y que supone "una enfermedad mental".
Juicio al acusado de asesinar a su mujer en Alcolea
Juicio al acusado de asesinar a su mujer en Alcolea
EUROPA PRESS
Juicio al acusado de asesinar a su mujer en Alcolea

El hombre acusado de asesinar a su mujer, María Rey Redondo, de 51 años de edad, en mayo de 2013 en la barriada periférica cordobesa de Alcolea, golpeándola primero con un martillo en la cabeza y estrangulándola después, "sería inimputable", según declaraciones de peritos, que han manifestado que su actitud es "compatible" con el "trastorno delirante", que "nunca desaparece", con "delirios de celos", y que supone "una enfermedad mental".

Durante la sesión de este miércoles del juicio en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba, que se prevé que termine este jueves con los informes finales, los forenses han explicado que en la noche del suceso el procesado y su mujer discutieron y hablaron "del tema delirante", como era la relación entre ambos y "la idea de infidelidad", y en un momento "la carga afectiva explotó y no puede frenar el acto", de manera que el control de sus impulsos fue "nulo".

En este sentido, señalan que "no actuó libremente, no pudo controlarlo, con una anulación completa de la capacidad volitiva". Así, preguntados por el fiscal sobre su imputabilidad con el informe en el que detallan que "no pudo decidir libremente" a la hora de cometer los hechos, uno de los forenses ha manifestado que "sería inimputable".

Además, han precisado que "si el objeto del delirio desaparece por la muerte de su esposa", éste permanece "encapsulado" en la mente, de hecho apuntan que "las ideas de infidelidad las mantiene en prisión".

Por otra parte, un psiquiatra que ha declarado en la vista indica que "el acto delictivo está relacionado con su trastorno delirante" y "la realidad perturbada", al tiempo que alude a "juicios equivocados" que basa en "pruebas disparatadas". Asimismo, afirma que se mostró "arrepentido", después de que manifestó en algunas consultas que "las cosas no tenían que haber llegado tan lejos, que se podía haber resuelto de otra manera".

En el juicio también han estado médicos que han confirmado que la causa de la muerte de la mujer fue "la asfixia" y que el hermano del procesado presentaba lesiones "de defensa" al recibir golpes en la cabeza.

Peticiones de penas

Cabe destacar que el fiscal pide que se condene al procesado a internamiento en un centro psiquiátrico durante 20 años por el delito de asesinato y que se le impongan otros 14 años de internamiento en psiquiátrico por la posterior tentativa de asesinato de su hermano, al que acusaba de ser el amante de su mujer, y al que golpeó repetidamente en la cabeza y espalda con un atizador metálico. Mientras, la acusación particular pide por ambos delitos penas que suman 35 años de prisión.

Entretanto, el acusado de asesinar a su mujer declaró este martes ante el juez que "fue un arrebato", en el que se volvió "loco", porque "no sabía lo que hacía y no sabía dónde estaba".

En concreto, el varón manifestó que tras cometer el asesinato "estaba arrepentido" de lo que había hecho, a lo que añade que él se tenía que "haber cortado el cuello", porque ella "no se lo merecía", declaración esta última que repitió en varias ocasiones entre lágrimas.

De este modo, el acusado aseveró que "no sabe si al final" ella estaba con su hermano, como él pensaba. "No llegué a verlos", ha asegurado, para agregar que pensaba que estaba con él desde un mes o semanas antes a los hechos. También, ha dicho que no pensaba en el divorcio, solo que le asesoraran una serie de abogados.

Entretanto, el procesado afirmó que en la noche del suceso discutieron su mujer y él, "porque creía que andaba con otra persona", que el amante era el hermano del acusado, según ha apuntado, al tiempo que le preguntó a ella que si quería más a su hermano que a él, pero ella no contestó.

"estaba loco perdido"

Posteriormente, confesó que la asfixió, aunque no recuerda si llegó a golpearla en la cabeza con el martillo que cogió y que se cayó al suelo "por las pocas ganas que tenía de hacer aquello", según indicó, a lo que añadió que "estaba muy alterado y fuera de sí". "Estaba loco perdido", remarcó.

Al respecto, el Ministerio Público en su calificación inicial no solicita la petición de prisión para el acusado, H.L.C., ahora de 58 años, al aplicarle en la presunta comisión de ambos delitos, de asesinato y de tentativa de asesinato, "la circunstancia eximente completa de alteración mental".

Así, según entiende el fiscal, "el acusado, en el momento de los hechos, presentaba un trastorno de ideas delirantes, con un delirio de celos, que le ocasionó una anulación total de su capacidad de entender y de comprender los hechos cometidos". Sin embargo, también considera el fiscal que "el acusado es responsable en concepto de autor" de ambos delitos y en ambos concurre "la circunstancia agravante de parentesco".

El relato del fiscal

Según el relato del fiscal, los hechos tuvieron lugar a partir de las 22,00 horas del 21 de mayo de 2013, cuando el acusado se acostó con su esposa, María Rey Redondo, de 51 años, para pasar la noche en el domicilio familiar, hasta que "al filo de la medianoche comenzó una discusión con su mujer, ya que hacía varias semanas que tenía en la mente la idea de que le era infiel", llegando al "convencimiento de que el amante era su propio hermano, por lo que le preguntó" a la mujer "sobre la supuesta relación que tenía con su cuñado", para después, "en un estado de gran excitación, se levantó para coger del garaje un martillo y al regresar, lo colocó en el suelo, en su lado de la cama".

Acto seguido, el acusado, "con las luces apagadas y con el fin de acabar con la vida de su esposa, le lanzó un martillazo por la espalda a la cabeza, concretamente a la región parietal, y también al rostro, a la altura de las cejas, propinándole asimismo numerosos golpes en la cara".

"En ese momento —prosigue el fiscal— su mujer intentó defenderse, con el fin de eludir la agresión de su esposo, pero el acusado se echó encima de ella y le tapó el rostro con una mano, mientras con la otra le apretó fuertemente el cuello para que dejara de respirar, hasta que, finalmente, sobre las 3,00 horas del día 22 de mayo, comprobó que la señora había fallecido a consecuencia de su acción".

Al transcurrir unas horas y puesto que su hermano residía en el mismo bloque, el acusado, sobre las 7,00 horas", se dispuso a esperarlo en el portal, "armado con un destornillador y un atizador metálico para la chimenea", y tras aparecer su hermano "le propinó un golpe por la espalda con el atizador en el lado derecho de la cabeza, con el ánimo de hacerle perder la vida".

Según el relato del fiscal, "ante este golpe tan sorpresivo", el hermano del agresor "salió huyendo, pero el acusado lo persiguió y continuó golpeándolo con el atizador en la cabeza durante toda la carrera, al mismo tiempo que repetía sin parar que iba a matarlo", lo que no logró porque "pudo ser reducido por su sobrino", que acudió en ayuda de su padre.

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