La Obra Social La Caixa ha aportado un donativo de 30.000 euros a la Casa de Misericordia de Pamplona para la adquisición de un vehículo adaptado destinado al transporte de las personas mayores residentes en la citada entidad benéfica.

Enrique Maya, alcalde de Pamplona y presidente de la Casa de Misericordia; Ana Díez Fontana, directora territorial de La Caixa en Navarra, y Jesús Cía, director de la residencia, han presentado el vehículo adaptado en un acto que se ha celebrado en las instalaciones de la Casa de Misericordia.

Ana Díez Fontana, directora territorial de La Caixa en Navarra, ha manifestado su "satisfacción por poder colaborar con una entidad benéfica del prestigio de la Casa de Misericordia, cuya excelente labor en el cuidado de las personas mayores es reconocida por todos los pamploneses".

Asimismo, ha recordado que el pasado viernes, Isidro Fainé, presidente de La Caixa, renovó el acuerdo marco de la Obra Social en Navarra incrementando la dotación económica de 12 a 13 millones de euros, "un presupuesto que nos permite colaborar con iniciativas sociales tan necesarias como la de la Casa de Misericordia de Pamplona".

Por su parte, Enrique Maya, alcalde de Pamplona, ha agradecido la colaboración de la Obra Social La Caixa "porque aporta un valioso donativo, en este caso de 30.000 euros, que permite la adquisición de este vehículo adaptado".

Ha concluido diciendo que "es un buen momento para reconocer la valiosa aportación a la sociedad navarra que realiza La Caixa, con una dotación económica de 13 millones de euros, destinados en su totalidad a proyectos sociales y culturales".

Fundada en 1706, la Casa de Misericordia de Pamplona continúa siendo un referente de la ciudad en la atención a los más desfavorecidos, ya que sigue manteniendo el principio de caridad y acogimiento de antaño, dando prioridad a los ancianos sin recursos ni familia, o en situación de exclusión social.

Hoy en día, acoge a más de 550 residentes en el centro, generalmente mayores de 65 años y originarios de Pamplona o empadronados en la capital, dando prioridad a los que cuentan con recursos económicos muy escasos.

Por esta razón la Meca, además de los donativos y ayudas que ha recibido de los pamploneses y parroquias de la ciudad, ha desempeñado también durante su historia otras tareas con las que conseguir financiación para mantener su actividad asistencial.