Condenan a tres años y medio a un hombre que maltrató de forma habitual a su mujer desde que se casaron

El Juzgado de lo Penal número dos de Albacete ha condenado a un hombre, G.A.B.P., a tres años y medio de cárcel y a 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad por considerarle autor de un delito de maltrato habitual, otro de lesiones y uno de amenazas.

El Juzgado de lo Penal número dos de Albacete ha condenado a un hombre, G.A.B.P., a tres años y medio de cárcel y a 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad por considerarle autor de un delito de maltrato habitual, otro de lesiones y uno de amenazas.

Según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se considera probado que el acusado, estuvo casado con C.C.C., y se divorciaron el 17 de enero de 2013. Desde el inicio del matrimonio, el acusado hostigaba a su esposa, sometiéndola a un control constante, consiguiendo que dejara de ver a sus amigas y reduciendo al máximo su relación con su familia.

Esta situación fue en aumento hasta el nacimiento de su hijo, a partir de entonces comenzó también a insultarla, increparla, menospreciarla, con frases despectivas.

El acusado, además, culpaba a su mujer de los problemas físicos (alergias) y de crecimiento que sufre el hijo común, minando su autoestima, hasta el punto de que ella llegó a convencerse de ser responsable de ello. Al tiempo, el acusado igualmente incrementó su control sobre su mujer en los aspectos del cuidado del menor, sobre todo a la hora de las comidas.

En verano de 2011, cuando viajaron con la familia del acusado a Torremolinos, el acusado mantuvo hacia su mujer una conducta despectiva, estaba un tiempo sin hablarla, le decía que era una mala madre, la llamaba incluso "canalla" o "sinvergüenza", lo que provocó que una tarde ésta saliera diciendo que iba a la farmacia, para llamar a su hermana y contarle lo que ocurría.

Esos episodios siguieron hasta el punto de que, en Semana Santa de 2012, como C.C.C. no quería ir a Sevilla con el acusado y su hijo, éste la coaccionó y llegó a ponerse en huelga de hambre, diciéndole a ella que si no iba, lo tenía que ver morir.

Ella le comunica que se quiere separar de él

En estas fechas, la mujer acudió al Centro de la Mujer de Villarrobledo para interesarse por los trámites de la separación, y fue derivada al departamento psicológico, donde comenzó a ser tratada; tratamiento que se mantiene actualmente. Además, cuando C.C.C. informa a su marido de que se quiere separar, éste siguió con nuevas amenazas.

Esta situación se prolongó hasta el 24 de agosto de 2012, cuando la mujer estaba haciendo la comida. Llegó el acusado y vio que el menor se había hecho pis en el suelo, por lo que comenzó a decirle "que no cuidaba de su hijo" y "que iba a acabar con ella y con su familia".

Estas amenazas, unidas a la actitud del acusado, provocaron tal temor en la mujer que, tras dejar al menor en casa de su madre, fue a presentar denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil.

Como consecuencia de esta situación, C.C.C. ha necesitado tratamiento psicológico, tanto en el Centro de la Mujer de Villarrobledo, como en la Unidad de Salud Mental del Hospital de Villarrobledo.

Su diagnóstico fue de estado ansioso depresivo compatible con trastorno por estrés postraumático, sufriendo insomnio, pérdida de peso y ha necesitado medicación para la ansiedad y la depresión.

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