Dos de los colaboradores del programa de La Sexta Zapeando, Cristina Pedroche y Manu Sánchez, están a punto de dar el peliagudo salto de miembro de un equipo a conductor de su propio espacio televisivo. Parece casi seguro que Pedroche será la presentadora de la nueva edición de Pekín Express mientras que Sánchez presentará el programa El último mono en las noches dominicales de la cadena.

No son pocas las estrellas de la televisión que se han embarcado en esa aventura de crecimiento profesional, aunque los resultados han sido de lo más dispar, tal y como recuerda Vertele en un listado que recopila los mayores triunfos, los más estrepitosos fracasos e incluso los casos de aquellos que han recorrido el camino inverso, de presentador a colaborador.

Uno de los triunfos más claros es el de Jorge Javier Vázquez, quien comenzó como tertuliano con Ana Rosa Quintana, comentando las revistas en el programa Sabor a ti, en Antena 3. Tras el éxito arrollador de Aquí hay tomate, se convirtió en uno de los presentadores estrella de Telecinco, donde se ha convertido en el alma de espacios como Hay una cosa que te quiero decir y Sálvame. Otro de los colaboradores de Sabor a ti, Jaime Cantizano, también ha logrado labrarse una carrera en solitario.

Muy ligada a Jorge Javier está Paz Padilla, que comenzó como humorista en el programa de chistes de los 90 Genio y Figura y, tras una larga carrera en televisión (como presentadora y actriz) ha acabando siendo la copresentadora oficial de Sálvame.

Aunque de carácteres muy diferentes, tanto Jordi Évole como Risto Mejide han sabido explotar su carisma para hacerse un hueco en la televisión. El primero, que comenzó como El Follonero junto a Andreu Buenafuente, es apoyado por la audiencia y por la crítica gracias a Salvados, que estreno hace pocas semanas una nueva temporada. El segundo pasó de jurado de Operación Triunfo a presentador de G20. No funcionó, pero si ha logrado cuajar con Viajando con Chester. Sin embargo, tras no llegar a un acuerdo con Mediaset, Risto acaba de anunciar que abandonará el programa.

Dos de los presentadores de moda, Arturo Valls y Christian Gálvez, han pasado de ocupar roles secundarios a ser los comodines infalibles de sus respectivas cadenas, Antena 3 y Telecinco. Valls comenzó a hacerse famosos como reportero del Caiga quien caiga original, hoy sigue haciendo caer a la gente, no a políticos y celebrities sino concursantes anónimos del programa Ahora caigo. Gálvez, que comenzó en Desesperado Club Social y participó en la segunda etapa de CQC, es hoy el rostro de Pasapalabra y Tú sí que vales.

Alcanzar la popularidad como colaborador o copresentador no garantiza el triunfo como principal conductor de un programa. Uno de los ejemplos más claros es el mediático Boris Izaguirre, toda una estrella gracias a Crónicas marcianas que no logró cuajar como maestro de ceremonias en los programas de entrevistas El anfitrión (Telecinco) y Humanos y divinos (TVE).

Tras años de colaboradora en programas de humor, Patricia Conde logró el éxito al frente de Sé lo que hicisteis. Sin embargo, la suerte parece habérsele esfumado y ni Ciento y la madre ni Killer Karaoke han conseguido enganchar a la audiencia. Peor aún le ha ido a Pilar Rubio, reportera estrella del ácido programa de La Sexta que, tras "independizarse", ha ido saltando de fracaso en fracaso para acabar volviendo a las tareas de colaboradora, esta vez en El hormiguero.

A pesar de contar con el cariño del público, Berto Romero tuvo que regresar como colaborador estrella de Buenafuente después de que su proyecto en solitario, El show de Berto, no cuajase.

Tampoco han tenido suerte los cantantes reconvertidos en colaboradores que han intentado hacer sus pinitos presentando en televisión. Mónica Naranjo, que encaja perfectamente en Tu cara me suena, no tuvo fortuna con A bailar; David Bustamante no le dio buenos datos de audiencia a TVE con Fuera de clase; y Edurne, que ya se prepara para ir a Eurovisión, tuvo escaso éxito en el ya cancelado Todo va bien.

Más raros son los casos de Terelu o Carmen Alcayde, quienes pasaron de una larga carrera como presentadoras a meras colaboradoras o tertulianas de espacios conducidos por otros.