El periodista Carlos del Amor (Murcia, 1974) ha presentado este lunes en Sevilla su primera novela 'El año sin verano' (Espasa), un libro en el que los protagonistas son los héroes anónimos, porque "a mí me interesa la gente que no tiene un apellido ilustre pero que tiene una vida de novela", apunta el escritor.

En pleno verano, Madrid está vacío y hay un periodista que tiene tiempo y ganas de curiosear. Las llaves están hechas para abrir, puertas, buzones, coches, sueños. Y vidas ajenas. Aun así, lo que menos se imagina es que se va a encontrar con una historia de amor y con una misteriosa muerte que ser verá inevitablemente abocado a investigar.

Esta es la historia que cuenta 'El año sin verano', un libro en el que se mezclan realidad y ficción, para que, explica el autor en una entrevista a Europa Press, "incluso el lector no supiese dónde empezaba la realidad y dónde la ficción". Y para empezar con ese juego en el que cuando retrocedes, avanzas, y para avanzar, debes retroceder, "tenía que involucrarme e ir dejando pistas de mi persona en el narrador principal del libro", añade.

Pero, precisa el también autor del libro de relatos 'La vida a veces', "también es un ejercicio de practicidad porque de lo que uno mejor escribe es de lo que tiene alrededor, de lo que sabe y de lo que ha vivido". Además, afirma, "me interesa mucho la gente normal y lo que pasa de puertas para dentro de las casas, lo que se pueden considerar héroes anónimos, aquellos que no tienen los focos permanentemente sobre ellos pero que viven vidas que muchas veces son novelas".

Sobre que impulsó al narrador de esta historia a entrar en todos los pisos de su edificio, el autor asegura que "el afán de curiosidad". "A este semiprotagonista le carcome pensar qué pudo pasar en ese piso del que tiene pistas que algo pasa, porque está cerrado, porque ha oído a la portera contar alguna historia, pero no sabe qué pasó". Además, "entre que es periodista, y es curioso y el edificio está vacío y tiene las llaves, se lo ponen muy fácil", precisa.

Pero denominador común de todas las historias que suceden en este edificio de la calle Alcalá de Madrid es la ausencia y la tristeza, o como apunta el autor, "la nostalgia". "Tienen un punto nostálgico, pensar en cómo pudo haber sido y no fue; mirar por el retrovisor para ver de dónde vienes, cómo ha sido tu pasado, la historia que tuviste y ya no tienes", afirma Del Amor, quien añade: "Imagínate la historia de la literatura o de la canción sin el desamor, la tristeza y la nostalgia, nos cargamos medio cancionero español, medio poemario y media historia de la literatura".

"gestionar la paciencia es una enorme virtud"

Por otra parte, y cuestionado sobre si ha sido complicado el salto del libro de relatos a la novela, el periodista reconoce que sí porque la "cada vez la distancia es más grande, el terreno de juego tiene más metros y yo estoy acostumbrado a la concisión, a lo pequeño, a lo muy breve, a terminar de hoy para dentro de una hora; y, de repente, el relato me resultaba un salto y ahora no ver el final me resultaba angustioso". Pero, "gestionar la paciencia te das cuenta que es una enorme virtud", apunta.

Acerca de su continuidad en el camino de la novela emprendido con 'El año sin verano', Del Amor asegura no saberlo, porque un libro "es un objeto casi sagrado y hay que acercarse a él con mucho respeto y mucha honestidad".