El principal objetivo es reducir el posible impacto que las altas temperaturas pueden tener sobre la salud. En el grupo de riesgo se encuentran las personas mayores, sobre todo los que viven solos, los niños y los enfermos con patologías crónicas que necesitan de medicación.
Los niveles que ha establecido la Xunta para alertar a los municipios y hacer frente a las olas de calor son cuatro: verde, azul, amarillo y rojo, y van de menos a más peligrosidad.
Aunque aquí no suelen registrarse niveles altos, motivo por el cual la Consellería de Sanidade no espera activar ninguna de las alertas en los próximos días, aconsejan que se sigan las recomendaciones habituales para evitar posibles riesgos.
Durante el pasado verano, el Servicio Galego de Saúde (Sergas) declaró la situación de alerta, o lo que es lo mismo, el nivel amarillo en 62 municipios de la mitad sur de Galicia.
Los Servicios de Urgencias de toda la comunidad atendieron a personas con síntomas de mareo y sobreexposición al sol.
El golpe de calor es la patología más grave asociada a estos episodios meteorológicos. Diferentes síntomas indican que se está sufriendo uno; son: mareos, dolor de cabeza, piel seca y caliente y un aumento de la temperatura corporal.
Recomendaciones útiles
Para resistir la ola de calor y prevenir sus efectos secundarios se han de seguir una serie de consejos. Es necesario evitar las exposiciones al sol en las horas centrales del día, hay que beber mucha agua aunque no se tenga sensación de sed, tomar comidas ligeras en las que abunde la presencia de fruta y verdura y evitar hacer ejercicio al sol.
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