Aguirre, la superviviente inmune a los escándalos políticos

  • El PP la ha elegido como candidata al Ayuntamiento de Madrid.
  • Ya fue concejal entre 1983 y 1996.
  • Ha superado crisis políticas, como el intento de derrocar a Rajoy en 2008, o personales, como el cáncer de mama o los atentados de Bombay.
La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, en un acto político en la localidad de Rivas (Madrid.
La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, en un acto político en la localidad de Rivas (Madrid.
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La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, en un acto político en la localidad de Rivas (Madrid.

Esperanza Aguirre Gil de Biedma (Madrid, 1952). Casada y con dos hijos, se licenció en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y es funcionaria del Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo. Preside el PP de Madrid.

Ha sido concejal de Medio Ambiente, de Cultura y portavoz del Ayuntamiento de Madrid (1983—1996), ministra de Educación y Cultura (1996—1999), presidenta del Senado (1999—2002) y presidenta de la Comunidad de Madrid (2003—2012).

La 'dama de hierro' de la política española es una superviviente. A pesar de que presume de ir por libre y de que intentó derrocar a Mariano Rajoy en el conocido como 'congreso de Valencia' (2008), la dirección nacional nunca se ha atrevido a intervenir el partido en Madrid, que ella gobierna con mano de hierro.

Aguirre quita y pone alcaldes, elige portavoces y destituye mandos. Todos los cuadros del partido la respetan y la temen a partes iguales. "Es contundente y nunca se corta. Como te pille en un renuncio, no duda en dejarte en ridículo. Y no soporta que le mientan", explican un miembro de la ejecutiva regional. "Es un ciclón. Lo que dice, se hace", resume un colaborador.

La 'apisonadora electoral'

La razón de que Rajoy tolere sus salidas de tono es que la 'lideresa', como también se la conoce, es una apisonadora electoral. Aguirre logró transformar los 1,3 millones de votos y 57 escaños obtenidos en 2003 en 1,5 millones apoyos y 72 asientos en 2011. Alberto Ruiz-Gallardón, su predecesor y eterno rival, nunca llegó tan lejos.

Estas mayorías absolutísimas le han permitido dar la vuelta a Madrid como a un calcetín. A Aguirre no se le han resistido ni la Sanidad, ni la Educación, ni los Servicios Sociales. Todas las consejerías han pasado por el filtro de sus políticas liberales. Fruto de estas iniciativas son los diez hospitales periféricos construidos en colaboración con empresas, el impulso a la educación privada o la atención de los dependientes a través de convenios con entidades privadas.

A Aguirre no le importa desdecirse ni cambiar de opinión. Ocurrió cuando prometió dimitir si algún madrileño tenía que esperar más de 30 días para operarse. Con las listas de espera disparadas, terminó por matizar que solo se refería a las intervenciones de menor calado. También reculó cuando los medios de comunicación destaparon que su Ejecutivo había dilapidado 1,2 millones de euros en la inauguración de los Teatros del Canal. "Yo no hubiera gastado nunca tanto", protestó.

Incidente con la Policía Local

Su magnetismo y manejo de la vida pública es notable. Ninguna polémica ha conseguido tumbarla. Da igual que un micrófono abierto la pille llamando "hijoputa" a un rival político, como ocurrió en plena pelea por el control de Caja Madrid, o que fiche como asesora 'a dedo' del ministro de Industria. Ni siquiera su pelea de tráfico con la Policía Local por aparcar en medio de la Gran Vía la ha apartado de la primera línea.

Paradójicamente, sus peores momentos y sus mayores derrotas los ha sufrido a nivel interno, especialmente, cuando Mariano Rajoy eligió a Alberto Ruiz-Gallardón para ser ministro, dejándola a ella en la estacada.

Además, es inmune a la corrupción. Da igual que la investigación se llame Fundescam —nombre de la fundación a través de la que el PP de Madrid habría financiado ilegalmente su primera campaña electoral— o Gürtel —con cuatro alcaldes y tres diputados encausados y todas las consejerías de su gobierno sospechosas de inflar costes y adjudicar obras y actos a cambio de contribuciones al partido—. Ni la imputación de su consejero personal, Alberto López Viejo, en la causa le dejó rasguños.

"Recuerdo una viñeta del dibujante Manel Fontdevila en la que Aguirre aparece inmaculada, mientras los que están a su alrededor están llenos de barrio. Esa es la imagen que mejor la define", admite un diputado de la oposición.

Dos años y medio después de dejar la Presidencia de la Comunidad de Madrid tras sufrir un cáncer de mama, amigos y enemigos la ven "fortalecida". "Le ha sentado bien bajar el ritmo. Es un animal político, pero no puedes estar casi 10 años al frente de la Comunidad de Madrid durmiendo a duras penas y soportando jornadas de trabajo de 14, 15 o más horas", apunta un diputado del PP. "Parece que viene con fuerzas renovadas", añade otro miembro de la Asamblea de Madrid.

En lo personal, también superó la caída del helicóptero en el que viajaba con Rajoy en 2005 o los atentados de Bombay en 2008, de donde escapó junto a una delegación de empresarios.

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