El expresidente Nicolas Sarkozy recibió este viernes el premio al político mentiroso del año en Francia por los supuestos engaños lanzados durante la campaña que le aupó en 2014 al frente de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP).

Creado a iniciativa del politólogo Thomas Guénolé y compuesto por un jurado especializado en verificación de datos, el galardón busca incitar a la clase política gala a mentir menos, sensibilizar al periodismo político sobre la importancia de comprobar los hechos y animar a la gente a asegurarse de la veracidad de lo dicho.

Los expertos escogieron este año al expresidente francés (2007-2012), de 60 años, por 17 declaraciones repetidas durante su campaña electoral y que, según los expertos, han demostrado ser falsas.

Entre otras, Sarkozy atribuyó al actual presidente francés, François Hollande, haber dicho en 2012 que no le gustaban los ricos, cuando en verdad lo dijo en 2006 y seis años más tarde solo lo evocó para arrepentirse.

Hollande tampoco fue, pese a lo asegurado por el expresidente, el primer jefe del Estado francés en aumentar los impuestos en 30.000 millones de euros en dos años, ya que el propio Sarkozy, según el jurado, alcanzó esa cifra en sus primeros 18 meses de mandato.

Y, pese a lo defendido por el político conservador, tampoco es cierto que todos los sindicatos galos instaran a votar en su contra en 2012, porque agrupaciones como la CFDT rechazaron dar una consigna a sus afiliados.

Junto a Sarkozy, el jurado adjudicó el premio especial "por el conjunto de su obra" al exministro de Presupuesto socialista Jérôme Cahuzac, sustituido en marzo de 2013 tras reconocer que había defraudado con cuentas en paraísos fiscales.

Emulando los premios entregados en el Festival de Cine de Cannes, se otorgó el galardón "Una cierta mirada" a Jean-Pierre Jouyet, brazo derecho de Hollande, quien en noviembre aseguró haber recibido la petición de un rival político de Sarkozy para presionar a la Justicia en su contra, para luego desmentirse en dos ocasiones.