El secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha destacado este viernes que el informe de fiscalización de Castilla-La Mancha correspondiente al año 2012 realizado por el Tribunal de Cuentas refleja que las cuentas íntegras de un año de la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, "distan mucho de tener síntomas de buena gestión".

A preguntas de los medios, tras visitar unas obras en su calidad de alcalde, García-Page ha señalado que, aunque habrá que "desmenuzar" el informe, en él se señalan "numerosos déficit de gestión", y la "ocultación" de las cuentas de la televisión pública o que la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales haya gastado "el 6% de su gasto en cosas que no tienen que ver con la sanidad".

A su juicio, hay "muchos documentos incompletos, muchas cuentas sin ofrecer, e incluso algunas olvidadas literalmente, como la de la televisión pública", por lo que "quien ha echo toda su campaña sobre herencia, mentira y despilfarro, está fabricando la peor herencia que se puede fabricar", ha indicado en alusión a Cospedal.

GUIJARRO:

"no ha sido una gestión tan espléndida"

De su lado, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, José Luis Martínez Guijarro, ha indicado que este informe pone de manifiesto que la gestión económica del Gobierno regional "no ha sido tan espléndida" al estar "plagada de irregularidades".

"Este informe deja ver que los recortes no fueron la solución a la situación económica, sino que más bien fueron la causa de la situación económica", ha asegurado el portavoz de los socialistas castellano-manchegos en rueda de prensa.

Guijarro ha indicado que en el informe se recoge que en 2012 "se modificó al alza el presupuesto de la región en más de 2.000 millones de euros, de los que 1.960 millones no tenían financiación". "Se gastó por encima del presupuesto inicial esa cantidad de dinero", ha asegurado.

También ha hecho alusión a otras cuestiones que se incluyen como "numerosos pagos duplicados a proveedores, el incumplimiento del objetivo de déficit o la brutal reducción de empleados públicos en 2012, que ascendieron a 11.000".