Condenados dos policías y otros cuatro acusados por una pelea a la salida de una boda en Aspe

Una juez ha condenado a dos policías locales de Aspe (Alicante) y a otros cuatro acusados como autores de diversas faltas de lesiones y daños cometidas durante una pelea en la que se vieron involucrados el 17 de marzo de 2007 a la salida de una boda en la calle Santander de la citada localidad.

Una juez ha condenado a dos policías locales de Aspe (Alicante) y a otros cuatro acusados como autores de diversas faltas de lesiones y daños cometidas durante una pelea en la que se vieron involucrados el 17 de marzo de 2007 a la salida de una boda en la calle Santander de la citada localidad.

Los agentes habían acudido al lugar tras recibir un aviso de una vecina en la que se alertaba de que unos hombres estaban tratando de secuestrar a una mujer, a la que intentaban introducir a la fuerza en un coche. A su llegada, se encontraron con dos chicos y una chica que les manifestaron que no se había producido delito alguno, que ellos eran de la misma familia, venían de una boda de Petrer y se dirigían a un local alquilado en Elche para continuar la celebración.

Al advertir que habían bebido alcohol, uno de los policías les informó de que iba a inmovilizar su vehículo, lo que originó una discusión en la que llegaron a participar en un momento dado cerca de medio centenar de personas, según declaró en el juicio celebrado en diciembre pasado un guardia civil que compareció como testigo.

De acuerdo con la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal 1 de Alicante, facilitada este jueves a Europa Press por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), uno de los policías municipales cayó al suelo, donde fue agredido por dos de los invitados a la boda.

En medio del tumulto, el funcionario trató zafarse de sus agresores y comenzó a golpear con la porra a quienes les rodeaban. La titular del juzgado considera que el agente realizó un "uso excesivo de la defensa reglamentaria". Siete de los familiares de los novios resultaron heridos, con policontusiones, hematomas y erosiones en distintas partes del cuerpo.

La magistrada condena al citado policía por estos hechos a pagar 630 euros como autor de siete faltas de lesiones y a indemnizar a los heridos con un total de 1.310 euros. Otro agente, compañero del anterior, tendrá que abonar 90 euros por otra falta de lesiones, tras declararse probado que "sujetó con fuerza y golpeó" a otro chico.

Por otro lado, la juez ha impuesto a tres de los seis invitados al enlace sendas multas de 90 euros por faltas de lesiones perpetradas al atacar a los dos policías, mientras que un cuarto deberá pagará 30 euros por causar diversos daños en el centro de salud de Aspe, adonde habían sido trasladados algunos de los heridos.

Todos los acusados se han visto beneficiados por la aplicación de la atenuante de dilaciones indebidas por el retraso con que se ha celebrado la vista oral. Además, los agresores de uno de los agentes tendrán que indemnizarle con un total de 850 euros por la contusiones en la cabeza, el tórax y cervicales, erosiones y hematomas que sufrió en el tumulto.

Testimonios contradictorios

La juez ha analizado los testimonios contradictorios vertidos en el juicio por los dos policías municipales encausados, por un lado, y los seis invitados al enlace que han acabado sentados en el banquillo, por otra parte. Según recoge la sentencia, no ha quedado acreditado que tres de estos últimos estuviesen bajo la influencia de bebidas alcohólicas y fueran a coger el coche.

La titular del Juzgado de lo Penal 1 de Alicante ha absuelto de un delito de atentado contra agentes de la autoridad a los seis procesados que venían de la boda, pues "cuando los sujetos pasivos" de dicho delito "se exceden de sus funciones o abusan notoriamente de su cometido, pierden la cualidad que fundamenta la especial protección de la ley".

"A juicio de quien suscribe y de la valoración de la prueba practicada, se produjo una actuación desproporcionada por parte del policía local, entendiendo que hizo un uso excesivo de la defensa reglamentaria, y ello por el elevado número de lesionados, entre los que se encontraba una señora mayor y una niña de 12 años", argumenta la magistrada.

De hecho, el otro uniformado no utilizó la porra y, "si no lo hizo, fue porque no lo vio necesario, ni siquiera para quitarle de encima a las personas que agredían" a su compañero, concluye.

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