Florence Henri, la fotógrafa que disputó a Man Ray el liderazgo en el París de las vanguardias

  • El museo parisino Jeu de Paume prolonga su búsqueda de grandes fotógrafas 'olvidadas' con la figura de la vanguardista Florence Henri (1893-1982).
  • Iba para pintora, había estudiado en la Bauhaus con Klee y Kandinsky y fue una las figuras centrales de la 'intelligentsia' europea de entreguerras.
  • Su academia parisina, en la que se matricularon Lisette Model y Gisèle Freund, rivalizaba con el estudio de Man Ray como centro de referencia en fotografía.
'Retrato composición' de Tulia Kaiser fotografiada por Florence Henri en 1930
'Retrato composición' de Tulia Kaiser fotografiada por Florence Henri en 1930
Centre Pompidou, Paris. Musée national d'art moderne / Centre de création industrielle ©Florence Henri / Galleria Martini & Ronchetti Photo ©Centre Pompidou, Mnam-Cci, Dist. Rmn-Grand Palais / Georges Meguerditchian
'Retrato composición' de Tulia Kaiser fotografiada por Florence Henri en 1930

El más importante museo parisino de fotografía, el Jeu de Paume, uno de los más dinámicos de Europa de los dedicados a la disciplina, prosigue con la acertada programación basada en el redescubrimiento de mujeres sin cuya obra sería difícil entender el progreso del arte fotográfico europeo en el siglo XX. Después de exposiciones dedicadas a Claude Cahun, Kati Horna, Eva Besnyö, Laure Albin Guillot y Lee Miller, la pinacoteca presenta Florence Henri: Miroir des avant-gardes, 1927-1940 (Florence Henri: espejo de las vanguardias, 1927-1940).

Injustamente aparcada por la historia y la crítica, Henri, nacida en los EE UU en 1893 y fallecida en Francia en 1982, había sido alumna de Paul Klee y Vasily Kandinsky en la escuela Bauhaus, fue una las figuras centrales de la intelligentsia europea de entreguerras y llegó a disputar el liderazgo fotográfico del fogoso ambiente artístico del París de las vanguardias nada menos que al intocable Man Ray. La exposición, la primera de gran alcance que se dedica a esta autora poco conocida, se celebra entre el 24 de febrero y el 17 de mayo, y reúne 130 copias de época de sus fotos.

Carrera de corta duración

La antología presenta un amplio panorama de la producción fotográfica de Henri, incluyendo autorretratos en los que jugó con el sentido del espacio mediante espejos, retratos de creadores de la época de quien también era amiga (por ejemplo, Fernand Léger), imágenes abstractas, desnudos, fotomontajes y fotocollages, fotos documentales y publicitarias y libros, revistas y otra documentación gráfica.

Aunque la carrera fotográfica profesional de Henri fue corta en duración —se prolongó de 1927 hasta 1940—, era prolífica e imparable y aún tuvo  tiempo para ejercer como docente en su propia academia, por la que pasaron como alumnas Lisette Model y Gisèle Freund, quienes serían afamadas artistas de la cámara.

Aunque nació en Nueva York, sus raíces eran europeas. De padre francés y madre alemana, a los tres años murió la segunda y la niña fue criada en Silesia por los abuelos. Estudió música en Londres y Roma, ciudad donde entabló relación con los futuristas, y luego en Berlín, donde protagonizó su primer cambio de medio y se decidió por la pintura. Matriculada entre 1919 y 1923 en la prestigiosa Bauhaus, se formó en un ambiente plagado de creatividad, ideas nuevas y primeras figuras de las nuevas corrientes de vanguardia que poblaban Europa.

'Composiciones con cualidades pictóricas'

Desde 1928, convencida por uno de los patriarcas de la escuela, László Moholy-Nagy, vuelve a dar un sesgo y decide que desea ser fotógrafa, aunque manteniendo siempre que el medio era un instrumento para crear "composiciones" con cualidades pictóricas. Influida por corrientes plásticas de vanguardia como el constructivismo, el cubismo y el surrealismo, e imbuida por el espíritu de los tiempos de innovación y progreso que aparentemente vivía el continente, preconizaba que las fotos eran un medio para hacer arte.

"Lo que me interesa es la composición de la imagen de un modo similar a la pintura. Los volúmenes, las líneas, la sombra y la luz deben someterse a mis deseos y hablar el idioma que yo quiero que hablen. Todo debe estar bajo el estricto control de la composición, porque no deseo explicar el mundo, ni siquiera explicar lo que pienso", decía.

Temporadas en España

Esta experimentadora de la geometría y las líneas, elementos recurrentes incluso en sus retratos, desapareció con tanto fulgor como había llegado. Después de algunos trabajos publicitarios y de media docena de reportajes documentales en Bretaña e Italia, vivió en un silencioso segundo plano durante décadas, dedicándose a hacer fotos por puro placer personal y, de vez en cuando, a pintar. En los años sesenta pasó algunas temporadas en España y sólo fue reivindicada a partir de mediados de los setenta.

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