El espacio público metropolitano entendido como escaparate de venta. Por si fuera escasa la intensidad de mensajes publicitarios que recibimos a diario en un fuego cruzado que llega de todas direcciones, la llamada publicidad exterior se ha convertido en decorado inevitable de los núcleos urbanos.

El grado de penetración masivo —allá donde enfoques la mirada verás un anuncio, valla, columna o rótulo—  de la publicidad exterior tiene la explicación de siempre: el negocio. En 2013 el mercado facturó 30.000 millones de euros, casi el 7% del gasto publicitario en todos los medios y en todo el mundo, según datos de la empresa más potente del sector, la multinacional de origen francés JCDecaux, que opera en 40 países, entre ellos España. La firma, que inventó en 1964 las marquesinas de autobús con añadido de vallas laterales o traseras como soporte para grandes carteles anunciadores, gestiona ahora casi 500.000.

El artista y activista Jordan Seiler se ha propuesto luchar contra la invasiva presencia de la publicidad exterior en los espacios públicos de las ciudades. "Estos mensajes corporativos se alzan contra nuestros propios intereses, distrayéndonos a los unos de los otros, invocando nuestros deseos en detrimento del medio ambiente urbano y silenciando nuestras voces mediante la difusión de los mensajes institucionalizados de las corporaciones en los espacios públicos que compartimos", dice en la declaración de intenciones del proyecto PublicAccess (AccesoPúblico).

Mediante un servicio vía web Seiler distribuye "las herramientas necesarias para reclamar como de uso público la infraestructura publicitaria al aire libre". Es decir, vende las llaves que previamente ha clonado y que permiten abrir los paneles de las marquesinas para que cualquiera pueda sustituir la cartelería comercial por obras de arte urbano, mensajes poéticos, fotografías o proclamas políticas o personales.

Quiere "revertir" la "comunicación unidireccional" de los anunciantes y las empresas que explotan el soporte "aportando el acceso a las infraestructuras municipales para fomentar diálogos públicos" y ya tiene listos modelos de llaves de una veintena de ciudades de Europa, los EE UU, Australia y Asia. Entre ellas están Londres, París, San Francisco, Los Ángeles, Nueva York, Boston, Tel Aviv, Shangai, Melbourne y cinco áreas metropolitanas españolas: Bilbao, Valencia, Barcelona, Murcia y Madrid.

En los casos de ciudades con más de un tipo de marquesina se ofrecen modelos de llave para las antiguas y las nuevas. En Madrid, por ejemplo, consta que disponen de instrumental de apertura para las polémicas y recientes marquesinas de la alcaldesa Ana Botella, que ha entregado la gestión de 4.250 a una empresa temporal formada por Cemusa y JCDecaux.

Para que "artistas y ciudadanos puedan acceder a las herramientas" PublicAccess tramita la venta de llaves, que se pueden pagar por PayPal. Aunque son un poco caras, las de Madrid cuestan 35 dólares (unos 30 euros), el fundador del proyecto se muestra dispuesto a negociar con aquellos compradores que no puedan pagar el precio completo. También garantiza que en caso de mal funcionamiento o rotura se encargará de cambiar el instrumento por otro.

Las llaves son muy simples —las apropiadas para las marquesinas de JCDecaux pueden verse en esta imagen de la cuenta de Instagram de Seiler—, tienen forma de cruceta y funcionan, según explica el artista, tras introducirlas y girarlas en un orificio de cerradura que tienen los paneles abajo a la derecha o en el lateral izquierdo. En su blog el artista inserta un diagrama de instrucciones y pide ayuda a todos aquellos que no encuentren su ciudad listada en el mapa. El correo electrónico de contacto es info@publicadcampaign.com.

Además de insistir en que el proyecto tiene finalidad artística, insiste en que el objetivo final es evitar que el mobiliario urbano y el territorio común de las ciudades siga siendo explotado por la "industria global de la publicidad exterior" a través de "un selecto grupo de empresas transnacionales" que tienen "plena potestad para exhibir y obtener beneficios de los anuncios".

Acaso para cubrirse las espaldas legalmente, la web de PublicAccess, que reproduce fotos de numerosos ejemplos de arte urbano instalado en marquesinas y vallas, tiene un pie de página que dice textualmente: "Las herramientas que ofrece esta web son objetos de arte hechos a mano y no están pensadas para su uso...".