Diego, transexual recibido por el papa: "Francisco es dios, el más digno representante de Jesús"

El papa Francisco reza en el muro de las Lamentaciones.
El papa Francisco reza en el muro de las Lamentaciones.
EFE
El papa Francisco reza en el muro de las Lamentaciones.

Diego (48) fue "discriminado y apartado" por la Iglesia que representaba Benedicto XVI. Desde sus aposentos del Vaticano Joseph Ratzinger condenó la homosexualidad y transexualidad, asegurando que "salvar a la humanidad de esas conductas" era tan importante como evitar la destrucción de las selvas. Mientras, en Plasencia (Cáceres), un transexual católico que había sufrido el rechazo de su pueblo asistía atónito a un desprecio más del líder de la religión que practicaba. "Pero no he dejado de sentirme católico, apostólico y romano por ello. Cuando naces y te educas en la religión católica, no la pierdes por muy mal que lo pases. Estaba dolido, pero mi base era fuerte", explica a 20minutos.

Su vida cambió por completo con la "revolución" del papa Francisco. En apenas dos años de papado ha mostrado un cambio en el liderazgo de la Iglesia que en casi ningún ámbito ha pasado desapercibido. "Escuché declaraciones suyas en muchos temas en los que antes era impensable que un papa pudiera entrar".

Uno de ellos fue precisamente la condición sexual. "Ha salido de él. Vi sus brazos muy abiertos en arropar a todo el mundo y a gente en desigualdad. Unos brazos demasiado abiertos. Y la forma que tenía de hablar y de transmitir era de absoluta bondad". Por eso se decidió a explicarle su situación en una carta, donde narró cómo su pueblo le había rechazado después de cambiar de sexo: "No es una cosa (la transexualidad) que buscas, es una cosa muy dura". Tan dura, que prefiere no hablar de ello. "Lo que cuenta es el presente".

En diciembre, como adelantó Hoy, el papa le llamó personalmente para concertar una cita, un encuentro que tuvo lugar el pasado 24 de enero en la Santa Sede, y del que no trasciende ningún detalle. "Absolutamente nada de lo que allí pasó se va a hablar. Y lo que se ha contado en algunos medios es inventado, porque en ningún momento he hablado ni hablaré de mi encuentro privado y particular con él. Solo puedo decir que es un dios, es el más digno representante de Jesús de Nazaret".

"¡Que me quiten lo bailado!"

A Diego le ha desbordado la expectación de dicho encuentro. "Voy a cambiar el móvil, esta será la última llamada que reciba", replica. "Es uno de los momentos más felices de mi vida, pero es íntimo y privado. Esto es un agobio, no he buscado ser noticia". Sin embargo, olvida su malestar en apenas segundos y vuelve a deshacerse en elogios. "La idea del papa inalcanzable empieza a romperse. Es un bendito. Da luz, tranquilidad, sosiego y calidad humana. Cada declaración que hace es más bonita y más real. Es una revolución en la Iglesia a pasos agigantados. Es un antes y un después, y solo le pido a dios que dure mucho".

Antes de la visita a Roma, comenta, tenía inquietudes personales "y muchísimas dudas que resolver". Ahora respira tranquilo, "lleno de paz", tras convertirse en un icono del acercamiento de la Iglesia a los transexuales. "Ahora hay que esperar que la Iglesia hable y ver hasta dónde puede llegar en esto. Ha sido una cosa muy particular. ¿Puede ayudar? Puede tranquilizar, porque ves que te atienden. Es una gran satisfacción. Esto es tremendo, soy absolutamente feliz. ¡Que me quiten lo bailado!".

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