El Centro Ecuestre de Castilla y León, con sede en Segovia, ha añadido a su oferta formativa y la actividad vinculada a los campeonatos un programa de hipoterapia para personas con discapacidad en el que están implicadas la Junta, la Federación Hípica regional y la Fundación Caballo Amigo.

Del programa, que comenzó en octubre, se benefician en la actualidad cuatro menores de la Asociación de Parálisis Cerebral y Discapacidades afines de Segovia (Aspace), aunque la idea es extenderlo a otras agrupaciones.

La consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, de cuyo departamento depende el espacio ecuestre; el vicepresidente de la Federación Hípica, Miguel Morales, y la presidenta de Aspace, María de Pablos, han firmado este lunes en las instalaciones el convenio de colaboración que permitirá a los pacientes con parálisis cerebral de Segovia acceder a las terapias durante todo este curso.

Morales ha explicado que la iniciativa partió de la Consejería y que la Federación, cuya labor deja fuera este tipo de servicios, ha querido participar en el programa tanto por su relación con el mundo equino como por su obligación moral.

María de Pablos ha indicado que la hipoterapia se constituye como un complemento de la fisioterapia y la hidroterapia que están a disposición para los socios de Aspace. Actualmente, según ha dicho, son cuatro las personas que acuden a las sesiones, que son ofrecidas semanalmente por profesionales de la Fundación Caballo Amigo. Hay además siete personas en lista de espera.

La portavoz de Aspace ha ensalzado los beneficios de la terapia con caballos, pues permite trabajar la musculatura interna y la corrección postural, favorece la buena colocación de las extremidades y ayuda a evitar malformaciones óseas. Asimismo, reduce la intensidad de las crisis epilépticas.

Patologías diversas

En este sentido, la presidenta de Caballo Amigo, Mercedes Jiménez, ha agregado que son muchas las patologías que se pueden tratar y muchos los aspectos que se pueden potenciar a través de la práctica equina, como la coordinación, el equilibrio o el control de diferentes partes del cuerpo, como el tronco o la cabeza, todo ello favorecido por el movimiento del animal.

Asimismo, ha indicado que a través de estas terapias se trabaja el área de la relación no verbal —problemas de conducta o comunicación—, así como el aspecto social. A ello se suma la motivación que produce entre las personas el interactuar con los caballos, unos animales que tienden a crear bienestar, lo cual facilita la captación de la atención de los usuarios.

La consejera de Agricultura ha subrayado que la vocación del Centro Ecuestre desde su puesta en marcha es la de destinar los equinos al beneficio de las personas con discapacidad, pues la hipoterapia consigue beneficios que no se obtienen con otro tipo de programas.

El objetivo, según ha avanzado en declaraciones recogidas por Europa Press, es que la terapia llegue a otras asociaciones y por ello se prevé ofrecer formación para contar con personas cualificadas que participen en las sesiones. En estos momentos se encargan de las mismas profesionales de la Fundación Caballo Amigo, que desarrolla su labor desde 1998 en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid.

Clemente ha asegurado que los resultados de estos programas se notan en poco tiempo, de ahí el compromiso de la Junta de ampliar la iniciativa puesta en marcha en Segovia.

HISTORIA

Históricamente, los beneficios terapéuticos del caballo fueron ya reconocidos por los griegos cuando Hipócrates ya hablaba del saludable ritmo del caballo. A lo largo de la historia se pueden encontrar muchas referencias a los beneficios físicos y emocionales de la equitación, según informan fuentes de la Junta.

En Europa la hipoterapia clásica refleja el modelo alemán, muy extendido desde 1.960, donde es fundamental para el tratamiento el movimiento del caballo y la respuesta del paciente. Desde entonces, la aplicación terapéutica del caballo ha ido desarrollándose por todo el mundo.

Actualmente hay centros hípicos adaptados para realizar hipoterapia en casi toda la Unión Europea. Esta terapia comenzó a utilizarse en Dinamarca, donde la deportista Lisa Hartel enfermó de poliomelitis y su fisioterapeuta acometió la rehabilitación mediante equitación. Con un tratamiento de poco más de un año, Hartel consiguió participar en las pruebas de doma en las Olimpiadas de Helsinki, donde obtuvo la medalla de plata.