El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha reclamado este jueves un nuevo pacto bilateral entre Euskadi y el Estado, que reconozca el "carácter nacional" de la Comunidad Autónoma Vasca, y que incluya una "división territorial" del Poder Judicial y una política exterior vasca.

En un desayuno informativo, Urkullu ha exigido un nuevo pacto que permita pasar del actual Estado autonómico a otro "plurinacional", con reconocimiento expreso a la "nacionalidad vasca y su libre capacidad de decisión". Sin embargo, ha denunciado que "prima la incomunicación" y que no hay "diálogo político" necesario para "acometer soluciones políticas".

El jefe del Gobierno vasco ha desvelado que ha mantenido cinco reuniones con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuatro de ellas discretas, y no ha habido ningún avance "en absoluto", pues el Gobierno actúa guiado por una "pulsión recentralizadora y de clara invasión competencial".

Su propuesta, ha explicado, pretende actualizar el modelo de autogobierno mediante un sistema pactado "que garantice el hecho diferencial, la bilateralidad efectiva, permita a Euskadi tener voz propia en Europa y se articule mediante un sistema de concierto político". "El Estado necesita un cambio", ha defendido.

De ese modo, con el desarrollo pleno del Estatuto y con la atención "honesta" a las demandas de pacto realizadas desde el País Vasco, la revisión de su estatus político podría abordarse sin necesidad de reformar la Constitución.

El lehendakari ha recalcado que la situación de Cataluña y la del País Vasco son muy distintas, si bien ha mostrado su respeto a las decisiones que puedan tomar las instituciones catalanas y los partidos políticos de esa comunidad.

Ha reiterado al respecto la necesidad de contemplar como un derecho democrático que los ciudadanos se puedan expresar y ha recalcado que hay posibilidades de acometer ese proceso dentro de un proceso negociador, como en Escocia, sin "tintes de catástrofe"

"¿Por qué hay que llegar a eso? ¿No es posible un diálogo franco, leal, un acuerdo por el cual unos y otros puedan ceder?", ha inquirido el lehendakari, crítico con la "carencia absoluta" de diálogo de la que hace gala el Gobierno central.

También ha lamentado y ha expresado su perplejidad ante la actitud del Gobierno hacia el final de ETA y la política penitenciaria. A su juicio, "es insólito" que ante una propuesta de desarme de la banda terrorista "no haya interlocutor al otro lado de la mesa" y es "incomprensible" que el Gobierno no quiera saber nada de ese proceso.

Por ello, el Ejecutivo vasco ha hecho un plan para el "final ordenado" de la violencia, que empieza por el desarme "cuanto antes, total y verificable". A los presos de ETA les ha emplazado a que ejerzan también su derecho a decidir con independencia de lo que diga el colectivo o la propia banda y les ha animado a caminar en la vía del reconocimiento del daño causado y de la mirada crítica al pasado".