La ONU alertó este miércoles de que la escalada de la violencia en Ucrania amenaza con destruir los protocolos de Minsk acordados en septiembre pasado y cree que la situación actual en el país es "alarmante".

El secretario general adjunto de asuntos políticos, Jeffrey Feltman, informó este miércoles al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de las conclusiones que ha sacado su equipo tras su reciente visita al país, donde considera que "las señales alentadoras de progreso con el intercambio de presos se han quedado en nada".

Los separatistas prorrusos informaron este miércoles de que unos 500 soldados ucranianos han muerto en las últimas 72 horas en combates con las milicias rebeldes en el este del país.

Feltman, por su parte, informó de que ya son 850.000 los desplazados dentro de Ucrania por el conflicto armado y 600.000 los que han buscado refugio en otros países.

El alto funcionario internacional alertó de que la escalada de violencia amenaza con afectar a los protocolos de Minsk, que entre otras cosas preveían la retirada del armamento pesado de la zona en conflicto, aunque no detallaban cómo se realizaría este proceso.

Precisamente en las últimas horas el Gobierno alemán avanzó que Moscú y Kiev han acordado retirar el armamento pesado del frente en el este de Ucrania y relanzar las conversaciones en busca de una salida al conflicto a través del grupo internacional de contacto.

Feltman apuntó también que "el repunte de la violencia ha estado acompañado de acusaciones entre Kiev y Rusia", algo que considera negativo porque a su juicio "no hay ninguna forma de sustituir el diálogo constructivo para instaurar la paz".

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió este miércoles para analizar la crisis de Ucrania por primera vez desde la sesión que dedicó a este asunto el pasado 12 de noviembre. Ucrania dedicó numerosas reuniones del consejo el año pasado, sin que se adoptaran acuerdos.

En la sesión de este miércoles, el representante de Ucrania ante la ONU, Yuriy Sergeyev, denunció que Rusia "continúa su agresión militar en las regiones de Donetsk y Luhansk al enviar unidades militares al territorio, armamento pesado a las agrupaciones terroristas locales, entrenando, equipando y financiando mercenarios, y pagando por informaciones de guerra".

Por su parte, el representante ruso, Vitaly Churkin, aseguró que la federación rusa "cumple plenamente el acuerdo de Minsk" y consideró que ha sido Kiev el culpable de la reanudación de los ataques, y pidió al Gobierno ucraniano "poner fin al conflicto sin condiciones".

Según Rusia, es Ucrania quien continúa "bombardeando" el aeropuerto de Donestk "sin hacer distinciones entre civiles y militares".