Grabaciones ocultas, sanciones, yoga y lecturas: así han sido los 19 meses de prisión de Bárcenas

El extesorero del PP, Luis Bárcenas, a su llegada a los juzgados de Plaza de Castilla para declarar por un supuesto delito de injurias.
El extesorero del PP, Luis Bárcenas, a su llegada a los juzgados de Plaza de Castilla para declarar por un supuesto delito de injurias.
Juan Carlos Hidalgo / EFE
El extesorero del PP, Luis Bárcenas, a su llegada a los juzgados de Plaza de Castilla para declarar por un supuesto delito de injurias.

Luis Bárcenas sale de la cárcel 19 meses después. Tras ocho solicitudes de libertad provisional, a la novena fue a la vencida y, 200.000 euros mediante, el extesorero del PP abandona la prisión de Soto del Real (Madrid). ¿Volverá? Sólo el proceso judicial de su caso lo podrá decir.

En ese año y medio de prisión, con toda España pendiente de sus declaraciones o de lo que él se decía en los circulos policiales, judiciales o políticos, el hombre que puso en jaque al Gobierno de Rajoy descubría cómo era la vida de un recluso.

El preso estrella del Módulo VI

El 27 de junio de 2013, Bárcenas llegó a la prisión de Soto del Real con 90 euros en el bolsillo, que le fueron requisados, realizó la llamada de ingreso (una comunicación telefónica gratuita de dos minutos, que en su caso usó para contactar con un familiar), cenó una manzana y se fue la cama.

Esos días del verano de 2013 fueron días de novedad. Bárcenas ingresó en la sección de preventivos y primarios, destinada a reclusos aún a la espera de juicio y por tanto sin condena y también para reclusos encarcelados por primera vez y sin delitos violentos a sus espaldas. Tuvo como primer compañero de celda al mismo recluso que estuvo con Blesa, "un preso español, primario, que no causa problemas y de confianza para la dirección". Le sirvió de 'cicerone' en prisión.

Luis se convirtió en la celebridad de la penitenciaría durante aquellas semanas. Muchos presos querían hablar con él, algunos querían autógrafos y otros, jocosamente, le pedían sobres con dinero.

Conectado con el mundo exterior

Bárcenas era plenamente consciente de la tormenta política generada por él mismo. El 1 de agosto de 2013 vió en la televisión de la sala común del módulo sufrir a su antiguo jefe, Mariano Rajoy, por los mensajes que se había intercambiado con él hasta haces pocos meses. Tras escucharlo, salió a correr

Ese día, tras regresar a su celda después de comer siguió las reacciones en la radio que tenía en la celda. Bárcenas devoraba las informaciones sobre su caso y llegará a hacerlo desde una televisión que tendrá en su celda, regalo de otro recluso, según algunas fuentes.

Sin embargo, todas sus comunicaciones en prisión eran controladas. Sus pocas cartas privadas fueron copiadas, como se suele hacer con los presos de ETA. Todas sus comunicaciones fueron controladas. En septiembre de 2013, Instituciones Penitenciarias investigó si usó el móvil de otro preso, con el que jugaba a las cartas.

Espiado por otro recluso

Las imágenes de Bárcenas entre rejas llegaron a una televisión. En septiembre se localizó una cámara de grabación oculta en una papelera. Instituciones penitenciarias concluyó que otro preso colombiano, condenado por violencia de género excarcelado tras cumplir su pena, le grabó rezando o estudiando y después vendió las imágenes. Estas imágenes provocaron la protesta de Bárcenas y dicen que, desde entonces, se volvió más desconfiado.

El día a día

A pesar de todo, Bárcenas se adaptó a su rutinaria vida carcelaria: las tres comidas diarias, los breves paseos por el patio, las llamadas telefónicas a las que tenía derecho, y las visitas de sus abogados, de su mujer Rosalía y de su hijo Guillermo. Sus principales ocupaciones fueron la lectura y la preparación de su defensa jurídica. Utilizaba bastante la biblioteca para preparar escritos y estrategias. También hacía algo de deporte, jugaba a las cartas para matar el tiempo y hacía yoga. Prisiones no le dió una ocupación dentro de la cárcel.

Sabía ganarse el respeto y aprecio de sus compañeros de módulo. Siempre que podía, ayudaba a redactar recursos y otros escritos a los internos. Consiguió que los radiadores de la biblioteca, donde pasaba mucho tiempo, estuvieran funcionando durante el invierno, a pesar de las restricciones de calefacción impuestas por la dirección debido a los recortes.

En el economato, por ejemplo, compraba de vez en cuando la gomina que tanto le gustaba lucir cuando era libre.

Castigados por conflictivos

A pesar de que, en general, sea un preso tranquilo también tuvo en prisión momentos más conflictivos. El primero lo protagonizó él mismo.

En enero de 2014, Bárcenas tenía previsto un traslado a un hospital por unos problemas de alergia. El protocolo indicaba que debía ir con las manos esposadas a la espalda. Bárcenas se encaró con un guardia civil y protestó enérgicamente. Se negó a ir al hospital y prefiere quedarse en su celda. Se le advirtió que esa acción era motivo de parte disciplinario."Bien, bien, como si me queréis meter cuatro o cinco. Y llevarme a aislamiento también. Me da igual. Esto es inhumano", respondió. Por esa acción se le castigó con 140 días sin paseos por el patio de la prisión.

El otro incidente más destacado tuvo como principal actriz a su mujer. Ocurrió el pasado noviembre. Rosalia Iglesias llegó 20 minutos tarde a un vis a vis con su esposo. Los funcionarios le indicaron que tenía que esperar a entrar por motivos de seguridad y ella contestó que "era un castigo" por ser la mujer de Luis Barcenas y les amenazó. "Pues que sepas que esto no se va a quedar así, ya lo verás. No sabéis dónde os estáis metiendo", dijo a los funcionarios, según un informe de prisiones. Se la sancionó con un mes sin visitas.

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