La Fundación Antonio Pérez de Cuenca homenajea a las víctimas del 'Charlie Hebdo', algunas de ellas, amigos del artista

La Fundación Antonio Pérez de Cuenca ha inaugurado este martes una exposición que, durante los dos próximos meses, pretende homenajear a las víctimas de 'Charlie Hebdo' fallecidas en el atentado al semanario satírico francés y, algunas de ellas, amigos del artista, a quienes conoció durante su estancia en Francia en los años setenta, según ha explicado.

La Fundación Antonio Pérez de Cuenca ha inaugurado este martes una exposición que, durante los dos próximos meses, pretende homenajear a las víctimas de 'Charlie Hebdo' fallecidas en el atentado al semanario satírico francés y, algunas de ellas, amigos del artista, a quienes conoció durante su estancia en Francia en los años setenta, según ha explicado.

En declaraciones a Europa Press, Pérez ha señalado que este homenaje tiene su razón de ser en que su "relación con ellos ha sido muy profunda y su muerte me ha marcado muchísimo".

Bajo el título 'Je suis Charlie. Homenaje a Charlie Hebdo', la muestra está compuesta por más de una quincena de carteles de varios números de la revista, un cartel de una exposición en la librería de París donde trabajó Antonio Pérez o algunos libros originales de Wolinski, además de dos vitrinas que contienen "una colección de los cincuenta primeros ejemplares del 'Charlie Hebdo' en un papel diferente, encuadernados en tela y divididos en dos volúmenes correspondientes a dos años", ejemplares que solo obtuvieron, ha remarcado, "los más amigos".

A ello se unen varios carteles de la revista satírica Hara-Kiri, creada en los años 60, anterior a 'Charlie Hebdo' y que, ha subrayado Pérez, "también fue atacada con bomba, paró durante un tiempo y volvió a salir con los mismos autores".

Respecto a las víctimas del ataque al 'Charlie Hebdo', el artista conquense ha reconocido que se trataba de "dibujantes satíricos muy conocidos" y ha reseñado que en su época "era un semanario que toda la gente comprábamos", añadiendo que igual "atacaba al presidente De Gaulle, a Pompidou, a Franco o a la Iglesia, era una forma de pensar y de hacer caricatura".

Una forma de "entender lo que ocurre que es de tradición francesa y cortar con eso es cortar con la libertad de expresión", ha reflexionado, admitiendo que él defiende "los valores del semanario, que la gente tenga su creencia y que me permitan tener la mía", ya que, ha insistido, "no soy practicante de ninguna religión, pero tengo gran respeto por quien la profesa y no elijo a mis amigos por su inclinación política o religiosa".

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