Madre de la bebé Míriam pide 29 años para presunto asesino y acusa también a su amigo como cómplice

La acusación particular ejercida por Gema Cuerda, madre de la bebé natural de Palma del Condado (Huelva) asesinada en 2012 en Fiñana (Almería), va a pedir penas que suman 29 años de cárcel para el presunto autor del crimen, Jonathan Moya, y el pago de una indemnización de 300.000 euros.
Gema Cuerda y su abogado, a la salida del juzgado
Gema Cuerda y su abogado, a la salida del juzgado
EUROPA PRESS/ARCHIVO
Gema Cuerda y su abogado, a la salida del juzgado

La acusación particular ejercida por Gema Cuerda, madre de la bebé natural de Palma del Condado (Huelva) asesinada en 2012 en Fiñana (Almería), va a pedir penas que suman 29 años de cárcel para el presunto autor del crimen, Jonathan Moya, y el pago de una indemnización de 300.000 euros.

En concreto, interesa 20 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y nueve años de prisión por el delito de detención ilegal, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

El letrado de Gema Cuerda ha formulado, asimismo, acusación contra Raúl R.F., al estimar que habría participado en calidad de cómplice en el rapto de la niña y solicita para él la pena de cinco años de prisión por un supuesto delito de detención ilegal.

La Fiscalía, sin embargo, no acusa al que fuera amigo de Jonathan Moya ya que pidió en mayo el sobreseimiento de la causa al considerar que no había indicios que llevasen a considerar que era conocedor de los hechos o que participó en ellos. Cabe recordar que su detención vino motivada por la declaración que en la Comandancia de la Guardia Civil prestó Moya González, quien lo señaló aunque, posteriormente, se desdijo para exculparlo en declaraciones posteriores.

El Ministerio Público no ve, así, carga probatoria en los 'wasap' que obran en la causa y cuyo análisis llevó en una fase inicial a los investigadores de la Guardia Civil a apuntar mediante informe que "era conocedor de sus intenciones de separar a la menor y a su madre en contra de la voluntad de ésta" y que podía, asimismo, "conocer el paradero de ambos" una vez fue secuestrada el 20 de diciembre de 2012.

El abogado de Raúl R.F., Carlos Ferre, ha sostenido a lo largo de la causa que "no había otro camino" que el sobreseimiento ante el "hecho de que no había el más mínimo indicio que lleve a considerar que era conocedor de los hechos" y ha remarcado que su cliente era "una víctima más de las múltiples versiones de Jonathan Moya".

"Raúl solo sabía que Jonathan tenía una relación con una chica en Huelva y mantuvo el último contacto con él en la mañana del día 20 por lo que decir que sabía que estaba pasando no tiene cabida. Que se demuestre su inocencia es cuestión de tiempo", ha indicado Ferre en todo momento.

La Fiscalía solicita para Moya González en su escrito de acusación, hecho público este jueves y al que ha tenido acceso Europa Press, penas que suman 26 años de prisión acusado de raptar y asesinar a la niña, a quien presuntamente golpeó con "gran fuerza y en repetidas ocasiones" con un objeto contundente en la cabeza para "hacerla callar porque lloraba" y a quien envolvió cuando "estaba todavía con vida" en un film transparente, provocando su muerte por asfixia.

Moya González, actualmente en prisión provisional por esta causa aunque tiene varias condenas en firme por delitos contra el patrimonio, introdujo supuestamente a continuación el cuerpo sin vida de la pequeña en una bolsa de viaje "junto a su ropita y 15 piedras" para "arrojarla a una balsa de riego tras anudarle por fuera un bloque de cemento de grandes dimensiones" con el que se "aseguraba" de esta forma de que el cadáver "no saldría a flote".

El escrito de calificación provisional remarca que tuvo retenida a la pequeña con vida desde el 20 al 24 de diciembre de 2012 en el interior del cortijo familiar donde se "escondió" tras raptarla y abandonar a su madre, con quien había mantenido una relación sentimental, "en un paraje deshabitado" de Fiñana (Almería) y que lo hizo pese a "los intentos reiterados de los agentes de la autoridad y los desesperados de la familia de la niña para que la entregase".

El fiscal no apunta, sin embargo, en su relato de hechos que deberán ser enjuiciados por un tribunal de jurado, qué movió a Jonathan Moya en su acción delictiva aunque a lo largo de la instrucción se apuntó que el procesado, quien ofreció hasta tres versiones de los hechos en las que hablaba de una muerte accidental de Míriam al caérsele de los brazos cuando corría por el monte, podría haber actuado por precio para vender a la menor.

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